CAPITULO 27: DE COMO MORI Y VIVI POR TI

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Los personajes empleados en este escrito pertenecen a J. K. Rowling


Era perfecto, todo era jodidamente perfecto. El amanecer, el sol, el bosque.... El planeta.... Todo. Jamás se había sentido tan feliz, tan completa, tan... tan enamorada. Y ahí estaba él, personificando la perfección. Extendido cuan largo era sobre la cama, profundamente dormido con su largo cabello negro desordenado por la pasión y el sueño, ¡oh, ese cabello! No podía evitar pensar en cómo había sujetado ese cabello durante la noche, ¡jo! De milagro el hombre no estaba un poco calvo esta mañana, vio su pálida piel iluminada por el sol y se maravilló con el relajado perfil de su rostro, era por supuesto un Snape diferente al de todos los días, tan relajado, tan accesible. De repente sintió como el sonrojo subía por su cuello hasta su rostro, había caído en cuenta de que prácticamente había violado al pobre hombre, porque de seguro lo que había hecho se podía tipificar como violación, él, después de todo no estaba consiente cuando sucedió, estaba bajo la influencia de algún hechizo nuevo que el maniático de Voldemort le había practicado y ella había abusado de eso para conseguir que el hiciera aquello que en circunstancias normales jamás hubiera hecho. ¡Y como lo habían hecho! Alucinaba de solo recordarlo y pensar que alguna vez lo había creído soso e incapaz de sentir. Que equivocada que estaba. Aquel hombre era una caja de sorpresas. Paseo su mano por el pecho marcado del hombre. Estaba tan profundamente dormido que si no fuera por el continuo subir y bajar de su pecho por la respiración hubiera creído que ya no habitaba el mundo de los vivos.

Y claro que era mejor así, no quería ni imaginar lo que le haría al despertar, porque de seguro no estaría feliz, ni soñar con repetir las escenas de la noche anterior. Hasta cierto punto le asustaba pensar en lo que diría o haría Snape una vez que se despertara. Pero hasta que eso sucediera quería disfrutar, se apretó más contra él y sintió como se movió para acomodarla mejor y cruzo un brazo en actitud posesiva sobre ella. Se dedicaría a disfrutar, eso haría. Suspiro y se acomodó de nuevo para volver a dormirse sobre su hombro sintiendo en su nariz el aroma de su piel.

Hace ya un buen momento que había dejado de moverse y sobre todo de tocar su pecho de aquella manera que empezaba a despertar a más de una parte de él, parecía que nuevamente dormía, probó a moverse un poco para constatar si en realidad ya estaba dormida profundamente. Lo estaba, abrió lentamente sus ojos negros como la noche y se dedicó a contemplarla a sus anchas, era hermosa, aun con el cabello alborotado al punto de casi parecer un nido de pájaros, es mas eso la hacía verse aún más hermosa a sus ojos.

Por todos los infiernos que hacia aquella joven tan hermosa e inteligente desnuda en su cama, como era posible que se hubiera entregado a él por voluntad propia, no tenia del todo claro como había empezado todo en su habitación, lo último que recordaba con espantosa claridad era la reunión de los mortífagos, la familia muggle de un mago que alguna vez fuera su alumno siendo torturados, los aullidos de dolor y el olor a sangre. Cada día era un martirio más grande asistir a esas reuniones cada vez le resultaba más difícil contemplar aquellas atrocidades sin poder decir nada, teniendo que mantenerse estático y con un rostro inexpresivo.

Lord Voldemort estaba enojado, tenía una de aquellas rabietas que solían darle últimamente, Severus se imaginaba que por la frustración de aun no poder matar a Potter, que todos sus intentos para acabar con la vida del muchacho habían sido un fracaso y mucho de eso era gracias al propio Severus. Por eso estaba ahí en ese momento, presenciando aquellas horrorosas muertes, sin poder hacer nada viendo como la vida escapaba de los ojos de aquella mujer y sus dos pequeños hijos quienes aún ni siquiera acertaban a entender porque eles estaba sucediendo aquello tan horrible y gritaban pidiendo ayuda a su padre. Este ya no tenía voz de tanto gritar, pedía por la vida de su mujer, de sus hijos, empezó rogando perdón por haber desertado de entre la filas de los mortífagos, por haber escondido a su familia no mágica, cuando el mago oscuro empezó a torturarlos con cruciatus y maldiciones lacerantes gritaba prometiendo lealtad a Voldemort y pidiendo ser castigado él, que lo matara pero que dejara libre a su familia y cuando la sangre ya formaba un enorme charco rogaba que lo matara con ellos. Nada sirvió. Severus sintió su odio crecer al sentirse impotente por no impedir la muerte de los tres miembros de la familia.

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