CAPITULO 53: DE UNA VERDAD QUE NO QUERÍA ESCUCHAR

276 33 4
                                    

Los personajes empleados en este escrito pertenecen a J. K. Rowling


Bueno, este era el momento, se escapó de la habitación en que las dejaron y uno de esos extraños seres la ayudó llevándola a la puerta de las habitaciones de Severus Snape, era momento de hablar con Sebastián y arreglar las cosas, un ligero escalofrío le recorrió la espalda pero aun así siguió adelante y tocó un par de veces la pesada puerta de madera.

No hubo respuesta y después de un incómodo momento se decidió a intentar abrir, la puerta cedió sin hacer ningún ruido y con algo de temor se adentró en la habitación, no se veía tan terrorífica como la imaginó, aunque prefirió no mirar con detenimiento los frascos que estaban sobre los estantes, sin ver a nadie se encaminó hacia la única puerta abierta para encontrar al hombre que buscaba sentado en el costado de la cama viendo al niño que dormía en ella.

-Bastian.

-Liam ¿qué haces aquí? – no dio señal alguna de sobresalto al escuchar la voz de la joven, parecía como si hubiera sabido que ella estaba entrando.

-Bastian creo que tenemos que hablar – dijo con voz firme mientras apretaba los puños con fuerza en los costados de su cuerpo – y sé que no me ibas a buscar así que decidí buscarte yo.

-No hay nada que hablar – el hombre ni siquiera se haba dignado voltear a verla, seguía con la mirada fija en el niño mientras le paseaba la mano entre los cabellos.

-¡Si lo hay! ¡Me debes muchas explicaciones!

-¿Explicaciones? – con un gesto desganado sacó su varita y la movió sobre el niño dormido asegurándose que ningún ruido rompiera su tranquilidad y se levantó para encarar a la joven parada en medio de su habitación, sabía que tarde o temprano iba a tener esta conversación pero hubiera preferido tarde.

-Explicaciones Bastian, todo esto, y la manera en que tuvimos que salir de casa y esa... mujer que llego a causar problemas, estábamos bien y luego ella apareció y todo se fue a la mierda.

El hombre respondió levantando una ceja, si bien no estaba en forma aún seguía siendo intimidante y la joven se sonrojó al darse cuenta de la manera en que se había expresado.

-¿Quién era ella Bastian? ¿Qué paso entre ustedes? Y más que nada, - suspiró – ¿cuándo nos iremos a casa?

Los enormes y brillantes ojos de la chica lo desarmaron por un momento, era la misma niña de hace años, la necesidad era palpable en su mirada, pero él no era la respuesta a esa necesidad y era tiempo de que se lo dejara en claro.

-De todo esto no puedo más que decirte que hay mundos desconocidos como lo estas experimentando de primera mano y que a veces es mejor que permanezcan así. Lo demás fueron una serie de eventos desafortunados, donde una joven quiso engañar a un hombre enfermo y desorientado.

-¿Que? No puedes estar hablando en serio...

-Apareciste en mi casa cuando pasaba un momento de gran confusión y quisiste hacerme creer que éramos una pareja ¿Cómo llamarías a eso?

-No eres la victima aquí Bastian, soy yo. Si tú decidiste dejarme creer que... - la chica hizo un puchero al darse cuenta del error que iba a cometer al hablar.

-¿Dejarte creer que? ¿Qué me habías engañado? ¿Qué habías conseguido hacerme creer que éramos una pareja de enamorados?

-Yo no... yo solo... solo quería una familia – una gruesa lagrima corrió por la mejilla de la chica. Con un suspiro Snape dejó caer sus hombros y se acercó a la chica.

DIFERENTES REALIDADESWhere stories live. Discover now