CAPITULO 30: DEL GRITO DE LA FIERA HERIDA

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Por un segundo, tuve el control
Lo tuve una vez, aunque lo perdí
Y todo el día el fuego oculto aumentaría
Y ojalá me hubieras dicho
Lo que realmente estaba sucediendo a escondidas
Pero te he perdido ahora, me dejaste ir
Pero una última vez

Dime que me quieres
Si no lo haces, entonces miente
Miénteme

TRUE LOVE - COLDPLAY

Hermione Jane Granger sintió que empezaba a perder la cordura, el hombre que amaba se encontraba tendido en el piso gritando a todo lo que sus pulmones daban y retorciéndose del dolor, en un primer momento quiso hacer que soltara la varita pero sus dedos estaban cerrados sobre ella tan firmemente que fue imposible, trató de sujetarlo por los hombros contra el piso para poder calmarlo pero la fuerza que estaba demostrando era descomunal. Su dolor le dolía, sentía como si la estuvieran torturando a ella, acaso después de tanto penar, de tanto buscar, de tanto vivir iba a estar ahí solo para verlo morir otra vez, esta vez ya no era un dolor terrible pero amortiguado como por una espesa niebla como una silueta que ves a la distancia, reconoces su forma pero sin saber exactamente que es, ahora no, el dolor era claro casi podía tocarlo, la desesperación de verlo en el piso y no poder hacer nada para ayudarlo. Era una pesadilla y su mente empezó a mezclar esas imágenes con las que su memoria conservaba de la noche en la casa de los gritos. Snape y su sangre saliendo a borbotones por la herida de su cuello. La seguridad de que estaba muriendo. Sin saber que más hacer, sin escuchar nada fuera del rugido de su propia sangre corriendo por sus venas en sus oídos, el grito del hombre que amaba. El dolor.

Estaba en el piso viendo todo como si el mundo hubiera cambiado noventa grados de dirección. Su cabeza se había estrellado contra el piso dejándole un zumbido en los oídos y desenfocando un poco si visión. No terminaba de entender que estaba pasando, ¿por qué Hermione lloraba sobre el cadáver de Snape?. ¿No debería estar feliz de que la había salvado, a ella y a todos en general, de morir a manos del espectro de Snape? Y estaba ahí arrodillada junto al monstruo, no la podía oír pero veía como gruesas lagrimas corrían por sus mejilla, ella lloraba. Poco a poco fue enfocando mejor y adentrándose del todo en la realidad. Harry lo había tumbado y aún estaba en el piso con él, arrodillado y observando a Mione sobre el cuerpo de Snape tratando de hacer sabrá Merlín qué. Los ojos de Harry estaban como perdidos ahora que lo observaba mejor, el tiempo parecía pasar tan lento. Y el niño, había un niño claro, el que le abrió la puerta, lamentaba haberlo empujado pero al ver el bolso de Mione se había descontrolado un poco debía aceptarlo, pero es que la extrañaba tanto. El niño estaba parado junto al cadáver de Snape, parecía que gritaba aunque él no escuchaba nada, pero ¿por qué gritaba aquel niño? Trato de concentrarse... Decía algo, o al menos eso parecía... algo que se veía como pa... ¿Papá? ¿Gritaba papá? Empezó a escuchar como un cierto sonido de fondo que empezaba a imponer al zumbido inicial, gritos, horribles gritos. El niño se lanzaba a abrazar el cuerpo en el piso sin que le importara que al convulsionar lo estuviera empujando y golpeando. Y entonces lo supo. La había cagado. Aun no sabía cómo ni por qué pero la había cagado. Mierda. El solo quería recuperar a Mione.

No podía creer lo que veía, todo era su culpa. Él debía mantenerlo lejos, él debía proteger al hombre que lo protegió durante casi toda su vida, él debía protegerlo en algo tan simple como mantener a Ronald lejos, era algo tan sencillo, una sola cosa, algo que no debía requerir mayor esfuerzo, nada en comparación a lo que aquel hombre había pasado por protegerlo año tras año. Algo tan simple y no lo había conseguido. Le había fallado. Solo pudo arrodillarse y contemplar el caos a su alrededor. Sentía magia a su alrededor, una oscura como un aura negra y otra muy pura, ambas descontroladas. Y gritos. Y llantos desesperados. El pequeño Demian se aferraba al cuerpo convulso de su padre, lo estaba lastimando. Entonces reaccionó, el niño era lo principal. Debía cuidar a Demian.

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