18. Cena (Reeditado)

810 50 6
                                    

CAPÍTULO 18: CENA

POV CORIOLANUS

Al volver nos encontramos con Madame y Tigris en el living. Y un fuerte olor a comida viene desde la cocina. Llegamos más tarde de lo esperado, pero no quisimos dejar el parque hasta que empezó a oscurecer.

−Menos mal que llegaron, nos estábamos empezando a preocupar.

−Lo siento, Madame. Perdimos la noción el tiempo.

−Son jóvenes, déjalos. ¿Y pasaron buenos momentos? ¿Se divirtieron?

Le dirijo la mirada a Lucy esperando que responda, quien sonríe en respuesta y aprieta mi mano.

−Todo fue fantástico. Coryo me llevó a recorrer la ciudad, compramos algunas cosas y luego fuimos al parque, estuvimos en...

−En la zona de la laguna artificial.

−Sí, en ese lugar estuvimos la mayor parte de la tarde. Solo nos reconocieron un par de personas, estuvimos tranquilos.

−Con personas se refiere al niño que le dio su almuerzo en el zoológico. Sigue fascinado con ella.

−Poncio... fue una agradable casualidad volverlo a encontrar. Ese niño es adorable.

−Igual que tú.

Puedo notar como se ruboriza y me río un poco. Luego recuerdo lo que hablamos más temprano mientras veíamos el atardecer.

Ya somos novios.

Una de las dos hace ruidos con la garganta para llamar nuestra atención.

−Genial –Tigris habla cuando ambos volvemos nuestra atención a ella–. Me pone muy feliz que se hayan divertido, pero nosotras ya cenamos y les toca hacerlo a ustedes solos –dice sonriendo de lado, sé que posiblemente cenaron más temprano a propósito–. Mañana empezará a llegar gente y quiero dormir bien hoy. Por cierto, tengo novedades.

−¿De qué se trata? –pregunto.

−Se los diré mañana, ya que estoy cansada. Ustedes cenen y hagan lo que quieran, sigan despiertos o duerman. No los molestaremos.

−Espero que no estés demasiado cansada para algo más –agrego–. ¿Lucy?

Ella que tiene la bolsa opaca en su mano libre, la deja en la mesa baja del living.

Sonrío, sabiendo lo feliz que mi prima estará. Cuando empieza a ver el contenido, su expresión cambia.

−¡Oh, Dios!

−Lucy quería probar, y decidí traer para todos –explico.

Madame nunca fue muy fan de los snacks dulces, como tampoco que nosotros comiéramos demasiado por las caries en nuestra primera niñez, pero ahora está sonriendo viendo la reacción de su nieta mayor.

−Hay algunas cosas saladas por ahí, se las dejo.

Solo me limito a sacar lo que quedó del algodón de azúcar de Lucy, todavía quedando otro sin abrir en la bolsa.

−Oh, gracias por pensar en nosotras, primito –se pone de pie y me da un beso en la mejilla, luego disimuladamente murmura en mi oído–. Vayan arriba, ya está todo listo.

Se aleja, para luego acercarse a Lucy y sacarle el sombrero y las gafas que cuelgan del bolsillo de su abrigo. Empezamos a sacarnos todo el abrigo extra y los bolsos.

−¿Por qué no van a la terraza? –propone Madame–. Nosotras decidimos cenar allí. Es una noche particularmente agradable. Aparentemente, el pronóstico del tiempo estuvo errado hoy.

Escrito en las estrellas (CoryoxLucy)Where stories live. Discover now