61. Primos

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CAPÍTULO 61: PRIMOS

POV LUCY

El joven encargado de la música nos llama y ambos nos acercamos cuando terminamos una segunda canción juntos. Se presenta como Albert, para hacernos saber su nombre. Como la distancia entre su mesa y el escenario es de un metro y no hay escaleras de su lado, nos vemos obligados a sentarnos en el borde del escenario.

−Lo han hecho fantástico hasta ahora, chicos. Pero tenemos un inconveniente. La tercera canción que escogieron es para tres o más personas que hagan de coro. Deben invitar alguien más a unirse.

Coriolanus y yo nos miramos y sin decir una palabra sabemos a quién elegir. Le paso mi micrófono a él y digo:

−Bien. Buscaré a alguien ¿Me puedes ayudar a bajar?

−Claro.

Albert se acerca a mí y mientras Coriolanus toma mi mano y rodea mi espalda, Albert me sostiene de la cintura y me baja. Los dos me ayudan a llegar al suelo sin sufrir una caída por culpa de mis tacones.

−Gracias.

Me paro frente a Coriolanus aún sentado y noto que la altura era mayor a la que yo imaginaba Los zapatos de Coriolanus llegan casi a mis pechos y lo miro enorme a mi novio.

−Lindos zapatos, guapo –bromeo.

Coriolanus se ríe a carcajadas.

−Lindo vestido, hermosa. –Dice en respuesta.

Le creo, porque el brillo de los detalles de flores y contornos de este vestido y la tela tornasolada oscura, con ese volumen de las capas interiores que tiene destaca mucho a la distancia. No es un color apagado y tiene mucho movimiento.

−Por cierto, me debes una pieza de baile después de esto. O tres. O cuatro.

−¿Una por cada canción?

−Exactamente, hermosa. Ahora convence a mi prima de que nos acompañe. Si vamos a hacer el ridículo aquí arriba, lo haremos todos los Snow o ninguno.

−¿Estoy incluida en el paquete?

−Claro. Solo que mi futura esposa, Lucy Snow, nunca hace el ridículo cuando se trata de cantar y actuar. Quienes la acompañamos, es más probable que sí al improvisar.

−Cantas muy bien, cariño.

−Eso lo discutiremos después –finaliza.

Coriolanus me alcanza uno de los dos micrófonos y yo lo agarro de inmediato, aludiendo a que eso la hará sentir más presionada a aceptar acompañarnos.

Camino rumbo a nuestra mesa. Los compañeros de Coryo y sus familiares se preguntan qué voy a hacer, al igual que el resto de los invitados. Prendo el micrófono que apagamos al terminar de cantar y lo llevo cerca de mis labios. Golpeo el micrófono dos veces con mis dedos para asegurarme que se escuche en todo el salón y empiezo a hablar.

−La próxima canción se llama "Nuestro amor" sin embargo, necesitamos un voluntario para que nos acompañe esta vez. Será un trío. En mi vínculo con Coriolanus, cada miembro de la familia Snow fue fundamental para que nuestra relación llegara a lo que es hoy por el apoyo incondicional que nos brindaron desde que supieron que nos amábamos. Sin embargo, una persona en particular fue la razón por la que Coriolanus Snow y yo nos conociéramos de la curiosa y divertida forma en la que lo hicimos.

Tigris y Madame me miran sorprendidas, pero más la menor de las Snow, porque sabe que me refiero a ella. Hago una pausa breve hasta llegar a mi mesa y me paro frente a ella, que me mira como si quisiera que la tragara la tierra, dejando en evidencia que lo último que pensaba hacer era subir a jugar al karaoke allí arriba.

Escrito en las estrellas (CoryoxLucy)Where stories live. Discover now