49. Música

444 26 0
                                    

CAPÍTULO 49: MÚSICA

POV LUCY

Coriolanus se despide de mí con un tierno beso en los labios, tan pronto como termina de desayunar. En el fondo odio que me deje sola hoy, pero mi orgullo del día no me permite decirlo en voz alta. En estos días soy un mar de emociones, que cambian según mi estado físico. Me siento mal, destruida y con más dolores de los normales. Tigris me tuvo que prestar unos apósitos nocturnos que aún le quedaban para evitar derrames o más ropa sucia. Y me dijo que debería descansar en el sillón si siento muchas molestias.

−Coriolanus es un buen novio, Lucy. Irá de compras y volverá en cuanto termine –me avisa.

Yo me recuesto en el sofá, me encojo entre medio de almohadones y coloco uno contra mi vientre. Tigris me cubre con una fina manta y nota que estoy a punto de llorar.

−¿Te duele mucho la cabeza?

Asiento y ella acaricia mi cabello.

−Espérame. Te traeré medicación y la tomas ahora. Creo que me quedaba alguna pastilla solitaria en uno de mis bolsos. Aunque le pedí a mi primo que consiguiera otra caja.

−¿Te puedo pedir algo?

−Lo que quieras.

−¿Me puedes traer el oso gigante?

−Por supuesto.

Cuando ella vuelve con el peluche que me regalo su primo y me lo entrega, dice que irá a la cocina por agua.

Me obliga a sentarme para que agarre el vaso de agua y tome la pastilla.

−No sé qué sueles tomar cuando te sucede, pero ese medicamento es excelente, es uno de los pocos que me ayuda a mí.

−Entonces, también me sentiré bien.

−Eso espero.

Trago la pastilla con ayuda de líquido, dejo pasar unos minutos para volver a recostarme. Esta vez, abrazando a mi oso. Tigris se sienta en una silla que trae al lado del sillón y se queda mirándome maternalmente largamente.

−¿Es normal que te pase, Lucy?

−Los primeros días, sí. Y a veces antes.

La observo de reojo.

−En tu distrito... ¿no has ido a ver un especialista? Podría medicarte algo adecuado para ti y darte consejos.

−No lo creí necesario.

−Pero lo es, incluso aunque no tengas una relación con nadie. Y entre nosotras... creo que deberías ir a ver un ginecólogo, para que te haga chequeo y vea como pueda ayudarte a reducir tus molestias. Aparte, ahora estás de novia con mi primo. Sé que él te respeta mucho y nunca te tocaría ni un cabello sin que tú lo permitieras. No obstante, en un futuro, ambos querrán que pase algo más y debes estar preparada.

Sintiéndome repentinamente avergonzada bajo la vista con mi cabeza media escondida en la cabeza del peluche recordando algunos momentos en los que realmente algo que iba más allá, solo por un instante.

−¿O ya ha pasado?

No respondo, al menos no de inmediato.

−¡No hemos hecho nada! Pero...

−¿Lo han pensado?

−No lo sé... Tal vez, sí. Es confuso, nunca sentí nada parecido por nadie –reconozco.

−Saca la cabeza de ese peluche y enfréntalo.

Hago lo que me pide y sé que mi rostro debe estar rojo como la sangre. Pero ¿desde cuándo me volví tan tímida?

Escrito en las estrellas (CoryoxLucy)Where stories live. Discover now