46. Secretos

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CAPITULO 46: SECRETOS

POV LUCY

Quitarme el vestido es toda una historia aparte, por lo que Trigis luego de guardar lo que no comimos, le informa a Coriolanus que me robará por unos minutos y me lleva a mi habitación.

El cierre del vestido tiene una especie de seguro para que no se baje durante momentos inadecuados. Uno que no puedo alcanzar yo misma. Poco a poco con la calma de un profesional baja las mangas del vestido rojo y negro y libera mi torso. Parece que temiera que las mangas se dañaran al ser de encaje y piedras.

Abajo tengo un corsé armado en tono piel que use durante demasiado tiempo. Los estilistas querían que aparentara tener un poco más de busto del que en realidad tenía para lucir bien un vestido con ese escote. Incluso, me quita la parte de la voluminosa falda con el mismo respeto que tiene hacia cualquier prenda.

Yo estoy de espaldas a ella y siento que deja caer sobre mi hombro el ya tan conocido camisón holgado de dormir con botones en la espalda. Ella misma escogió estos para mí con la intención de que no me sintiera tan incómoda mientras me probaban ropa o me cambiaban. Espera a que me lo coloque para ayudarme con el corsé unido por firmes tiras de cuero en la espalda.

−Lamento que hayas tenido que usar esto toda la noche. Sé lo molesto que es.

−Apenas he podido respirar por momentos –confieso.

−Son gajes del oficio, por desgracia. Yo también llevaba uno. Me cambié justo después de entrar. Ya te sentirás aliviada una vez que te deshagas del corsé.

Coriolanus y yo casi no demoramos casi nada en la habitación, pero cuando fuimos con su familia a beber té, ella ya estaba en pijama, uno que Coriolanus y yo le regalamos luego de volver de una de nuestras citas. Es de un bonito color violeta y tiene detalles en tonos más brillantes color plata tanto en el pantalón como la blusa.

Dicho por ella. La promesa se cumple, el corsé cae hacia abajo cuando Tigris le quita la tira casi en su totalidad y yo puedo mover mi cuerpo y respirar con completa normalidad.

−Gracias –suelto.

Aferro más mis brazos a mi pecho y abotono el camisón por la mitad para que pueda quitármelo en cuanto encuentre un pijama más adecuado. Tigris acomoda las prendas interiores y el vestido en perchas y sus respectivas bolsas protectoras transparentes y las cuelga en la pared.

−Es precioso ¿no? Deslumbrantes a todos con este vestido. Me gustaría que te lo quedes.

−¿Es posible?

−Dijeron que puedes quedarte con los vestidos que quisieras.

−A Coriolanus le quedaba mejor el traje azul.

−Pienso lo mismo, resalta sus ojos. Bien, ya veremos –dice.

Me pide que me siente frente al tocador y yo me observo una última vez. El maquillaje está casi intacto, a excepción de los labios. El rubor y los iluminadores que han utilizado en mí, han desaparecido y ya no se ven tan intensos los tonos.

Parezco más yo ahora. Tigris pasa a quitarme la corona de flores del cabello para luego ir sacando uno a uno los clips que sujetan mi cabello, aunque no del todo hasta que se da cuenta que yo me quitado todo el maquillaje con un líquido especial.

Según todos pasar tanto tiempo con el maquillaje, incluso dormir con el mismo, no es conveniente para la piel. Tigris selecciona unos productos refrescantes para el rostro y cuello y una crema hidratante, que me aplica de inmediato.

Escrito en las estrellas (CoryoxLucy)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon