53. Madame

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CAPÍTULO 53: MADAME

POV LUCY

Coriolanus está en el escritorio de recepción viendo todos los estudios que le realizaron a su abuela, mientras permite que yo apoye mi cabeza en su hombro. Trato de ver los resultados, pero en realidad entiendo poco sobre las siglas. En Distrito Doce, tenemos física, química y medicina, pero no mucho tampoco. De todas formas, reconozco algunos valores de sus exámenes, porque los médicos del Capitolio y el Distrito Doce me los enseñaron y explicaron

−Confirmaron que tiene anemia moderada –murmura él.

−Es normal en las personas mayores, Coryo –le digo.

−Lo sé. Aparte he notado señales en este tiempo que asocie a su edad, pero en realidad se debían a esto.

−¿En lo demás se encuentra bien?

−Eso parece, gracias a Dios –afirma sin dejar de leer el material de la carpeta.

Una recepcionista nos está mirando con atención por si necesitamos algo, por lo que me atrevo a preguntar:

−¿La farmacia se encuentra lejos?

−No realmente. Tenemos una dentro del hospital, pueden ir a retirar los medicamentos en el primer subsuelo y son complemente gratuitos para quienes tienen obra social aquí.

−Gracias. Vamos, Coryo. Guarda todo y bajamos.

Coriolanus obedece y solo deja fuera las recetas, lo demás lo guarda en la bolsa de tela del hospital. En el camino nos perdemos el ascensor y nos toca bajar por las escaleras, por lo que dejo que él me guíe por el lugar y bajo detrás de él agarrándome del apoya manos.

−¿Cuándo la liberarán, Coryo? ¿Tigris ya te contestó el mensaje? Lo digo porque hace un rato veías tu teléfono.

−Dijo que está arriba llenando la documentación de salida y también nos advirtió que no podemos subir. Disculpa por no decírtelo antes, me distraje cuando nos llamaron para esto.

−Siendo así las esperaremos aquí.

Cuando ponemos los pies al final de las escaleras, él me ofrece su brazo y yo lo tomo para poder caminar así el resto del camino, lo cual me hace sentir más tranquila cuando llegamos atravesamos la zona del buffet, un pequeño quiosco hasta llegar a la farmacia y vemos la cantidad de gente que hay dentro y como varios nos miran admirados al reconocernos. Entramos como si nada evitando tener contacto visual con cualquiera y él me lleva frente al estante de higiene femenina.

−Lleva lo que quieras y lo pagamos aparte, yo iré a hacer fila.

−Pero compraste...

−Compra más. De todas formas, vas a necesitar siempre. Y dijiste que muchas de estas cosas no las encuentras en el distrito.

Coriolanus me tiende un canasto plástico y tras un beso corto y una amable mirada, se aleja y forma fila en el sector donde se puede comprar medicación recetada, sin perderme de vista. Siguiendo el consejo empiezo a ver las opciones que tengo y selecciono los productos que más me interesan y afortunadamente nadie viene a molestarme, llevo diez packs en total que me servirán para cubrir mis necesidades por los siguientes meses y cuando llego casi al final me encuentro con otras cosas que nunca había visto y aún así ignoro. Luego, paseo la vista al estante de en frente donde me encuentro con perfumes y desodorantes para hombres y mujeres. Ver tanta variedad junta es lo que me toma por sorpresa y mi curiosidad aumenta, por lo cual abandono el carrito un rato y voy hasta allí.

Veo de reojo cuanto ha avanzado Coriolanus y como me doy cuenta que ahora estoy a espaldas de él y me pongo a curiosear todo. De pronto, la conversación que mantuve con Flickerman viene a mi mente... cuando me dijo que él estaba usando un perfume con aroma a rosas.

Escrito en las estrellas (CoryoxLucy)Where stories live. Discover now