Ir con la corriente

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We all start with the beautiful
Hope, pride, and love
It's never meant to feel so difficult
Your dreams become your drug

Broken Pieces, Andy Black

La mañana siguiente están demasiado cansados. Katsuki prepara el desayuno con las sobras de la cena y nadie dice nada. No tienen noticias de Endeavor y Katsuki sólo tiene un par de mensajes de Hawks. En el primero le asegura que estará bien pronto, por si está preocupado —aunque, añade, sabe que Katsuki no es de la clase de personas que se preocupen a lo estúpido—. En el segundo le pide que le lleve pollo frito para cenar, porque tiene un ala muy magullada y lo están obligando a descansar.

Katsuki tiene la tentación de ignorarlos, pero en vez de eso acaba presumiéndole que Recovery Girl acabó arreglándole las manos en la madrugada porque se lo suplicó lo suficiente.

«Ustedes y los huesos rotos», había dicho la mujer cuando había llegado al hospital, «parecen aficionados a ellos».

—Iba a decirles algo —interrumpe Kaminari, cuando el silencio se hace demasiado largo y hasta antinatural.

—Llevo esperándolo desde anoche y no parece llegar el momento adecuado.

No, Katsuki no es de la clase de personas que soporta la espera. O las vueltas. Y Kaminari lleva toda la noche dándole vueltas a algo.

—Bakugo...

—¡Fui amable! —espeta él—. Pikachu, sólo suéltalo.

—Bueno, hay un caso en Hokkaido. Al norte —empieza—. Contactaron a mi agencia porque al parecer tienen... tenemos... experiencia en ese tipo de casos. Hay gente desaparecida.

—¿Y? —pregunta Katsuki.

—Bakugo, no lo presiones, ¿quieres? —dice Kirishima.

—¡Sólo es una pregunta!

Kaminari se ríe.

—Parecen una pareja casada —comenta, con una sonrisa—. ¿Se los han dicho?

—¡Llega al punto! —espeta Katsuki.

Sí, se lo han dicho. Mina, unas mil veces. Deku, más o menos lo mismo. Nunca ha pensado en ello a profundidad porque no quiere descubrir cosas que no sepa cómo manejar mientras tiene su vida de cabeza. Vivir en un sofá, supone, es tener su vida de cabeza.

—Ya voy, cómo eres desesperado, Kacchan.

Debería haberlo detenido cuando empezó a decirle así. Debería haberlo parado. Ahora se lo dice nada que quiere irritarlo y lo logra. Katsuki prefiere no pensar en el hecho de que no le desagrada en absoluto ese estúpido sobre nombre en los labios de Kaminari.

—Entonces, sobre la misión en Hokkaido... —Kirishima intenta enfocar el tema.

—Llegó hace un par de semanas. Y mi jefe quería que fuera, pero luego ocurrió todo el desastre del accidente y no era seguro y... —Se está haciendo bolas, Katsuki lo ve justo enfrente de sus ojos—. Bueno, el caso es que me habló ayer y de todos modos quiere que vaya. Calcula que sólo es una semana. —Se encoge de hombros—. Y ya estoy prácticamente bien, así que...

—¿Te vas a Hokkaido?

—¡Sí!

Katsuki abre y cierra los ojos. No es que le cueste procesar todo lo que está pasando, es que no entiende la cantidad de vueltas que dieron para llegar a ese punto.

—¡¿Nos tuviste esperando para decir que te vas a Hokkaido?! —Katsuki frunce el ceño.

—Sí. ¡Es importante! ¡No sabía que me iban a considerar para algo como esto!

—Lo sabemos —asegura Kirishima—. ¿Cuándo te vas?

—¿En tres días?

—¿Nos estás diciendo o nos estás preguntando? —Katsuki se cruza de brazos.

—¡Diciendo! ¡Me voy en tres días! Será sólo como una semana o así. —Kaminari sonríe, parece animado por la idea—. De hecho, puedes quedarte con mi cuarto mientras tanto. Por si quieres dormir en una cama normal.

—Gracias. —Katsuki acepta sin dudar, no está como para rechazar esas ofertas—. ¿Es peligroso?

—Katsuki, no lo interrogues.

—¡Se llama preocupación, Kirishima, quizá hayas oído hablar de ella! ¡Es normal!

—No lo sé... —responde Kaminari—. ¿Supongo? —Se encoge de hombros—. Sólo es una oportunidad. Ya sé que está pasando mucha mierda aquí. Pero igual en todas partes y sólo quiero... no sé, ¿momentum? —Kaminari se talla los ojos—. Demostrar que valgo, algo. No estoy yendo a ningún lado en el ranking o en el trabajo. Ni siquiera puedo llegar al top treinta. Y hace unos días sólo conseguí que me hirieran. Necesito lograr algo por mí mismo. Juro que tendré cuidado si están preocupados, sólo siento que tengo que ir con la corriente, o algo.

De repente parece mucho más decaído que al principio. Katsuki es capaz de ver todo el potencial que tiene, de apreciar su habilidad. Sólo suelta un bufido.

—No tienes que explicarme tus estúpidos motivos, Pikachu —espeta—. Confío en ti.

—Sí, eso. —Kirishima sonríe—. Sabemos que estarás bien.

—Ajá —agrega Katsuki.

Eso parece animarlo un poco más.

Pero es cierto. Katsuki está en el número ocho del ranking, pero no puede evitar sentir que está dando vueltas en círculos. ¿Qué tanto lo está haciendo por conseguir el número uno y que tanto por hacer el bien? A veces se engaña y se dice que las dos cosas son lo mismo, pero sabe que no es verdad. Ha visto muchas estupideces ocurrir por culpa de ese ranking.

—De todos modos —añade— ten cuidado, Pikachu.

—¡Y atrapa un Lapras para mí, por favor! —pide Kirishima.

Katsuki rueda los ojos.

—No sé por qué carajos todavía no tienes uno.

Se pone en pie, recogiendo todos los platos sucios que ya no tienen comida y los deja sobre el fregadero.

—¡Porque son raros, Katsuki, por eso!

—¿Y qué te hace pensar que en Hokkaido va a haber más?

—¡No sé! ¡Es una isla! ¡Al norte! ¡Yo qué sé! —Su explicación es una mierda, pero Katsuki le dedica una sonrisa a medias.

—De verdad parecen una pareja casada.

—¡Si dices eso otra vez haré explotar tu trasero y tu único viaje será a urgencias! —grita Katsuki—. ¡Y les tocan los trastes! —Vuelve al comedor para acabar de recoger la mesa—. Tengo que irme, pero más vale que cuando vuelva estén impecables.

—No te preocupes —asegura Kirishima—. Estarán impecables.

Katsuki sabe que es una mentira. Siempre es una mentira.

And Then They Were Roommates [Kiribakukami] Where stories live. Discover now