Villano a las nueve de la mañana

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The cracks of my skin can prove
As the years will testify
Say your prayers and light a fire
We're going to start a war
Your slogans a gun for hire
It's what we waited for

¡Viva la Gloria!, Green Day

—Tienes una entrevista hoy, ¿no?

—Ajá.

—Te irá bien.

—Ajá.

Apenas si le presta atención a Kirishima. Necesita dejar de ser independiente. Así nunca llegará a fin de mes con las facturas. Pero la memoria de la gente es eterna y, por mucho que se las haya arreglado para volver a escalar hasta el puesto ocho del ranking todo el mundo recuerda el accidente. No importa las veces que su cerebro le recuerde que no hubo muertos, siempre son más las veces que se dice a sí mismo que pudo haberlos habido.

Tiene un plan. Sólo necesita algo estable un tiempo. Hasta que recupere sus ahorros. Y luego puede abrir su propia agencia, aunque sea pequeña. No importa. Le dará la independencia que necesita sin tener que estar ahogado en facturas sin pagar ni depende de que Kirishima hace el súper para él una semana al mes porque no queda nada que cocinar en el refrigerador.

No es que el dinero que consigue como héroe independiente sea mucho, la verdad. Hay demasiados como él.

—¿Me estás escuchando, Bakugo? —pregunta Kirishima entonces. Está sentando revisando las últimas noticias mientras acaba su desayuno.

—¡¿Cómo no te estaría escuchando si estás a menos de diez pasos de mí?!

—Sólo decía.

Katsuki está parado a un lado del microondas, esperando a que los restos de la cena de la noche pasada acaben de calentarse para tomárselos como desayuno.

—¿Y el otro idiota? Pikachu.

—Sigue dormido —dice Kirishima—. Todavía tenemos tiempo.

Katsuki se encoge de hombros.

—Es su problema si llega tarde. —Hace una pausa, corta, mientras ordena las palabras en su cerebro—. ¿Tus heridas de la semana pasada...? ¿Están...?

—¿Bien? Sí. De hecho...

Una explosión los detiene.

—¡PIKACHU! —grita Katsuki al ver el humo que sale del microondas después de haber sido atacado por lo que parece un cortocircuito—. ¡Deja de arruinar los electró...! —Se corta cuando abre la puerta y el humo lo ataca en la cara. Acaba disipándolo con las manos, rogando por no soltar ninguna explosión involuntaria allí porque eso es lo que menos necesita—. Qué demonios.

Una puerta se abre y se cierra.

—¿Qué...?

Kaminari aparece en escena, tallándose los ojos.

—¡Causaste otro cortocircuito! —Katsuki señala el microondas—. ¡Ten más cuida...!

—¿Qué? No fui yo.

—¡ERES EL ÚNICO AQUÍ QUE NO DEJA DE ARRUINAR LOS ELECTRÓNICOS! —Y por eso desconectan todo cuando no los usan. Katsuki está harto de tener que reemplazar cosas, especialmente porque no tiene el dinero para hacerlo y se niega a pedirle prestado a sus padres—. ¡Ten más...!

—No, no fui yo. —Kaminari sigue empeñado en lo mismo—. Si hubiera activado mis poderes lo sabría. Hubiera sentido la corriente y no...

Gritos.

Abajo. En los pisos de abajo. Quizá incluso en la calle.

—¡UN VILLANO, CUIDADO!

Katsuki rueda los ojos. No tiene tiempo para eso, no en ese momento. Tiene una entrevista y quiere conseguir un lugar en alguna agencia, la que sea, cualquiera, con tener un sueldo mejor que el dinero que hace como independiente se conforma. Pero su vida nunca ha sido fácil, así que por supuesto el día que no quiere ningún disturbio es el día que un villano llama a su puerta.

Por supuesto, el grito los pone en alerta a los tres. Kaminari busca las llaves, se despereza en un segundo; Kirishima corre hasta la ventana para ver si los disturbios vienen de la calle; Katsuki deja olvidado el recalentado del microondas y corre hasta la puerta.

—¡Creo que es del recibidor! —grita Kirishima—. ¡O uno de los primeros pisos!

—¡Deberían aprender a no atacar lugares donde viven héroes!

—¡VILLANOS COMO ESTOS NO SUELEN DISTINGUIRSE POR SER LISTOS, KAMINARI! —grita Katsuki—. ¡Y tú no te ves muy imponente en pijama!

Pijama que consiste en unos boxers y una playera vieja.

—¡Puedo atacar igual!

—¡Y luego salir en el periódico local con esas pintas!

—¡Sólo concéntrense en lo importante!

Encuentran al villano en el primer piso. Una singularidad que tiene que ver con lo electrónico, a juzgar por el primer vistazo, porque tiene una antena en la cabeza. Katsuki frunce el ceño.

Extiende las palmas, que chispean.

—¡ATACASTE EL EDIFICIO EQUIVOCADO!

Siempre es el primero, el más explosivo. Recuerda trabajar en equipo con Kirishima y Kaminari, sabe cómo hacerlo, confía en ambos.

Aquel villano no les roba más de dos minutos. Él lo desestabiliza con una explosión, intentando causar el menor daño posible dentro del edificio —porque ya no quiere pagar más daños—. Y cuando el villano le regala su atención, Kaminari se lanza hacia él y lo agarra de un tobillo. Katsuki evita tocar al villano cuando ve la corriente en la antena.

Finalmente, con el cortocircuito que le causa Kaminari, Kirishima lo noquea de un solo golpe.

Un pequeño grupo de gente se ha juntado cerca de las escaleras. Katsuki los ve y se los señala a Kirishima.

—¿Todo el mundo está bien? —pregunta—. ¿Nadie se electrocutó o...?

Si varios aparatos acabaron como el microondas de su apartamento, alguin pudo haber resultado afectado.

—¡El hijo del señor del 2A! —grita una de las señoras.

Kirishima suspira.

—Llamaré a los paramédicos —dice. Voltea a ver a Katsuki y a Kaminari. Katsuki le hace una seña. «Ve, anda, asegúrate que el mocoso está bien»—. ¿Dónde está el...?

Katsuki no acaba de oír y Kirishima se pierde entre las escaleras. Kaminari se pone en cuclillas a un lado del villano noqueado. Katsuki se acerca a él.

—¿Estás bien?

Kaminari asiente.

—No llegué a mi límite. Sólo... —Se masajea las sienes—. Estaba cerca.

—Hay que llamar a la policía. —Busca su celular entre las bolsas del pantalón y entonces es cuando ve la hora—. ¡Carajo! Voy a llegar tarde con Hawks y...!

—Vete —le dice Kaminari—. Yo llamo a la policía.

—Los vas a esperar... ¿así? —Lo señala porque sigue en pijama.

—Y qué. Este idiota no va a despertar pronto. —Kaminari patea al villano en el piso levemente—. Puedo asegurarme haciendo que se cortocircuite un poco más esa antena que tiene.

—¿Estás seguro, idiota?

—Que sí, Ka-cchan. Ve a esa entrevista, deja los nervios.

—¡NO ESTOY NERVIOSO!

—Lo que digas, Bakugo.

Pero Katsuki ya está en las escaleras. Tiene que subir de nuevo por sus cosas. Tiene que llegar a esa entrevista.

—¡No se te ocurra quitar mi nombre del reporte, Kaminari! —le grita al otro rubio—. ¡Necesito el dinero!

Y el trabajo estable que le ofrece Hawks. Entre otras cosas.

And Then They Were Roommates [Kiribakukami] Where stories live. Discover now