La Historia de Einar, Parte IV: Un soldado excepcional

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Parte C


Por fin llegó el día: Era el momento de salir del castillo con el General Volksohn y dirigirnos hacia Frizgal, la zona que nos correspondía vigilar, al sur de Valkar.

Empaqué mis cosas en un dos por tres: guardé mi ropa, el dinero que aún tenía desde que me fui de mi casa —pues había ahorrado bastante y casi no lo había usado—, las cosas que había juntado durante mi estadía en el castillo y todas las cartas y regalos que había recibido en los cuatro años que pasé allí. Mi familia no me escribía, pero solía encontrarme de vez en cuando con Tarrant y él me mantenía al tanto de lo que pasaba con ellos. También, en algunas ocasiones, mi amigo de la cervecera me llevaba cosas que Alainn y Parsifal mandaban con él; normalmente eran cartas, plantas o medicinas, pero también solía recibir pequeños juguetes que Parsifal me fabricaba. Eran las únicas personas que mantenían contacto conmigo después de irme de Tryuna, por lo cual hice lo imposible por enviarles una carta y decirles que dejaría el castillo por un tiempo.

El día de nuestra partida salí de mi habitación antes que todos; no me tomé la molestia de observar por última vez el castillo antes de dejarlo, y mucho menos de esperar a nadie. Lo que más quería en ese momento era unirme a las tropas que nos estaban esperando fuera del castillo y sentirme un soldado de una vez por todas.

Ese día muchos de los nuevos soldados partiríamos junto con el resto de las tropas a lugares distintos de Valkar, por eso había varios carros, carretas y caballos esperándonos fuera. Ubiqué con presteza el grupo liderado por el General Volksohn y me uní a sus soldados, dejé mis cosas en una carreta sin demora y me paré junto con los varones que estaban ahí, algo impaciente.

—Cuánta puntualidad, Einar Dornstrauss —escuché que alguien decía a mis espaldas—. Se nota que estás ansioso por que salgamos de aquí.

El General Volksohn se paró junto a mí y se recargó en una de las carretas que se encontraban al lado de nosotros, tal vez con demasiada confianza, pues esta se movió un poco y casi lo hizo caer. Él soltó una carcajada que estuvo a punto de provocar que yo también me riera, pero me obligué a contenerme. No estaba seguro de cómo reaccionaría el General si me reía de él.

El varón con el que estaba hablando recobró su compostura, como si no hubiese pasado nada.

—Ansgar de seguro va a regresar a su habitación miles de veces antes de dejarla, con tal de asegurarse de que no olvida nada. Podría apostar que va a ser el último en llegar.

Para sorpresa del General, quien llegó al último con nosotros fue Rustam. Tardó un poco en dejar sus cosas y pidió montones de disculpas por su demora. Cuando le preguntamos por qué se había tomado tanto tiempo, solo nos contestó con una sonrisa.

Nos preparamos para salir, subiendo junto con el General Volksohn a una de las carretas que nos llevarían hacia Frizgal. Todos los grupos salimos al mismo tiempo, como si fuéramos en caravana; desde mi lugar pude ver cómo se alejaba la tropa de Dogvar Wieczorek, separándose de nuestro grupo poco a poco. Después de un rato, nos encontramos solos en el camino hacia nuestras primeras batallas.

Nos tomó cerca de una semana llegar hasta el lugar donde montaríamos guardia. El viaje fue silencioso, la mayor parte del tiempo, a pesar de que el General Volksohn hiciera lo posible por que habláramos o bromeáramos un poco. Cruzamos varias aldeas pequeñas, con habitantes hospitalarios que salían de sus casas a vernos pasar y saludarnos; a lo largo de nuestra ruta se corrió la voz de que los soldados del rey Gunnar se dirigían al bosque, y por eso en algunas de nuestras paradas fuimos recibidos con comida y provisiones para el camino.

Hicimos nuestro último descanso en Drunizgal, la aldea gemela de Frizgal. Ambos lugares estaban separados por un río, y solo los unía un pueblo pequeño, pero bastante bonito. Cruzamos Frizgal tan rápido como pudimos, listos para instalar el campamento tan pronto como llegamos a la frontera con el bosque.

DornstraussWhere stories live. Discover now