Capítulo Treinta y tres

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A V A

Mi vista no se despegó del rostro de David que aún esperaba una respuesta.

Me reí fuerte.

-¿De que te ríes? - pregunto fruciendo el ceño.

-Vamos, cariño. Eso no puede ser verdad.

Él me miró con rostro serio y mi risa disminuyó por completo.

-No estoy bromeando, nena- dijo pausado - Tengo algo que contarte.

Me senté en la cama frente a el, mirándolo atenta y esperé.

-Mis padres tienen una empresa, en la cual estaré a cargo a partir de los 22 años. Seré entrenado a los 21 y es por eso que quiero disfrutar estos meses que me quedan de los veinte años.

-¿Como es posible que no haya sabido esto?.

-De verdad lo siento mucho, nena. Hay muchas cosas que no sabemos el uno del otro. Nuestra relación se ha dado sola.

Mi labio tembló. El se fijó en eso y tomó mi rostro en sus manos suavemente, haciéndome mirarlo fijamente.

-Nena, solo serán dos semanas, tomalo como un viaje para conocernos mejor.

-Puedes ir con Evan- susurré.

-No.

-¿Porque no? ¿porque yo?.

-Porque te quiero solo a ti. Nada más, solo tú.

Las lágrimas empezaron a caer por mi rostro y lo abracé fuerte. Yo no quería pasar por esto una vez mas y salir lastimada.

-Quiero intentarlo Ava- susurró en mi oído - No recuerdo ser tan feliz en mi vida. Quiero que seas mía.

-Maldita sea David. ¿De que hablas? Esto no puede funcionar.

Me separé de él para mirarlo.

-¿Porque no? Si yo te amo.

Mi cara se arrugo en una mueca.

Y ahí fue cuando el explotó. Se levantó de la cama dejando la sábana conmigo, ni siquiera le importó saber que estaba caminando en mi habitación de un lado a otro completamente desnudo.

-Maldita sea Ava. ¡Si! ¡Te amo! Odio ser solo esto. Quiero más, nunca he querido mas, solo contigo. Si, ¡soy un hijo de puta! Pero lo puedo intentar. Y creeme que seré mil veces mejor que James. Estoy cansado de ocultar lo que siento. ¡Si, es verdad! Al principio solo te quería por una noche pero eso cambio, ya que ¡Tú! Me hiciste cambiar. No he deseado a otra persona mas que tú, no se como carajo lo has logrado- gritó moviendo sus brazos en alto.

Se paró en seco y me abrazó en la cama. Lágrimas cayendo por mis mejillas ni siquiera me importó que la sábana había rodado un poco hacia abajo.

-Te necesito. Y no tengo ni puta idea de como lo lograste pero si Ava, te amo y te necesito- susurró en mi oído.

Lloré mas fuerte.

-Yo también te amo, hijo de puta- susurré.

El soltó una risa ronca y beso mi cuello.

-AnaGenf.

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