Capítulo Veintitres

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A V A

David me recogió después del trabajo, como todos los días. Siendo lunes, hoy se cumplían tres semanas desde que David me recogía y me llevaba a casa. Y no lo había hecho pasar a mi casa desde aquella vez, ni siquiera habíamos hablado sobre el beso. Por si fuera poco, me había alagado diciendo que el chupón -que el hizo- me quedaba bien. Habían pasado dos días desde el viernes, sin embargo aún me dolía cuando lo tocaba pero ya no había casi nada de el, solo quedaba una roceta en estos momentos.

Desabroche el cinturón de seguridad para poder bajar de su auto, pero el me detuvo, colocando su mano en la mía y jalandome hacia el. Estábamos a centímetros.

El me miró a los ojos y luego dirigió su vista a la roceta de mi cuello. Con sus dedos índice y medio tocó la zona y cerré los ojos por el pequeño ardor punzante. Ciertamente lo había visto y halagado esta mañana cuando me llevó hacia el trabajo pero no se había detenido a observarlo y tocarlo.

-De verdad no sabes lo bien que te queda- dijo sonriendo, rodee los ojos. Cínico.

Le iba a contestar cuando volteó mi cara y me besó sin previo aviso, como tantas veces.

Fue un beso tierno en el cual nuestros labios se movieron lentamente.

-No sabes lo arrepentido que estoy de que mi teléfono allá sonado en aquel momento- dijo y acarició mi barbilla con sus dedos.

-Maldición, David. ¿Sabes cuanto me costó tratar de olvidar ese momento?.

-¿Lograste olvidarlo?.

-No- susurré.

El sonrió, dio un beso corto a mis labios y salí del auto.

Una vez en mi departamento. Me dirigí hacia el baño dejando cada prenda regada en el suelo, desde la cocina hasta el mismo baño, había cerrado la puerta así que nadie vendría y Leah había mandado un texto diciendo que llegaría a las 6:00 pm, iría de compras, por supuesto, luego de ir a donde Evan. Joder, ella estaba en la misma situación que yo, estaba casi segura que si le preguntaba si ella y Evan eran novios respondería un rotundo "no". Pero yo estaba segura de que ya habían tenido sexo, porque vamos, eran Leah y Evan.

Después de estar sumergida casi una hora en la rebosante tina de burbujas, salí envuelta en un paño y elegí un mini short de jean junto con una blusa que llegaba a mi ombligo. Amaba estar cómoda en mi casa, no me importaría andar desnuda, claro, si no viviera con Leah, solo pensarlo sería incómodo.

Preparé comida italiana, Trenette al pesto el cual era originario de Génova. Amaba la comida italiana, mi sueño desde pequeña siempre había sido ir a Italia. Y cada vez que podía buscaba información de Italia y su gastronomía.

-AnaGenf.

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