Capítulo Treinta y dos

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D A V I D

Esperé pacientemente con una sonrisa en el rostro, joder. Realmente me tomé una hora pensando en si venir era lo correcto, recé porque solo estuviera Ava.

La puerta se abrió dejando ver a una Ava mordiéndose el labio. Su cabello rubio en hebras separadas pegadas a sus mejillas húmedas. Su mano izquierda sosteniendo la puerta y la otra con dificultad sosteniendo una pequeña toalla blanca en su pecho. Joder. Baje aún mas mi mirada notando que ella estaba solo en una toalla tan pequeña como un vestido que llegaba a cubrir un poco mas encima de la rodilla.

Ava carraspeo incómoda y me dejó entrar. Me acomode en el sillón esperando que no notara la dureza que empezaba a crecer en mis pantalones debido a su "vestimenta".

-Yo... Um.... Lo siento mucho David, acabo de salir de una ducha, así que...- dudó frunciendo el ceño - Pero ¿que cosas digo? Es obvio que estuve en la ducha, ¡Dios! estoy mojando todo el departamento.

Ella mordió su labio con vergüenza. Maldita sea, ya basta.

Me levanté del sofá y camine hacia ella. Ella retrocedió hasta que chocó con la pared.

-David, ¿que estas haciendo?- preguntó al ver que no tenía otra salida.

La acorrale contra la pared y guíe mi nariz hacia su mejilla mojada.

-Fresas- susurré en un gemido.

Quite su mano temblorosa del nudo que sostenía en su pecho. Y la toalla cayó en el suelo detrás de ella.

Ella abrió los ojos como platos y sus mejillas empezaron a enrojecer.

Baje la vista para ver su cuerpo totalmente desnudo y con gotas resbalando en su abdomen, pechos y piernas.

-Oh Jesús, Ava.

La besé fuertemente mientras ella gemía.

...

Acaricié su espalda con mis dedos. Mi codo en la almohada de su cama y mi mano sosteniendo mi cabeza, Ava se encontraba boca abajo a mi lado en la cama, la sábana tapando hasta la curvatura de su trasero.

Acaricié cada uno de sus lunares y subí y baje lentamente con mi dedo por su columna. Ella gimió y sonreí.

Ava se volteó en la cama tomando parte de la sábana para cubrir su pecho y me miró fijamente.

-¿A que venías principalmente?.

-Bueno yo...

-David, vamos habla ya.

-Quiero que vengas conmigo a Roma- solté rápidamente.

-AnaGenf.

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