27: Pequeña Nina.

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Maratón 4/4

-Dris...-Adrien susurra mi nombre.-Hemos llegado, despierta.

Abro los ojos lentamente y me desperezo.

-Estoy despierta.-Anuncio.

Nos bajamos del avión y nos encontramos con un hombre vestido de poli con un cartel en el que pone "señor y señora Marks". Caminamos hacia él cogidos de la mano.

-Hola.-Le saludamos.

-Hola Dris, hola Adrien. Soy Tomy, he hablado con Michel y os acompañaré a vuestra nueva casa.

Se da la vuelta y empieza a caminar, por lo que suponemos que tenemos que seguirle.

Salimos del aeropuerto en silencio, y nos metemos en un taxi junto con Tomy.

Este le indica al taxista nuestra dirección nueva, y nos ponemos rumbo a ella.

Quince minutos después, llegamos al típico barrio tranquilo con casas parecidas de dos plantas, con jardines y buen ambiente familiar. Al bajarnos del taxi, nos dirijimos a la entrada de nuestra nueva casa.

-Voy a dejaros solos, pero antes os explicaré vuestra nueva vida.

En resumidas cuentas, ahora somos Sarah y West Becquer, nos mudamos por el trabajo de West (informático) y somos una pareja muy feliz.

Cuando Tomy se va, Adrien y yo entramos en nuestra casa, que resulta ser preciosa, con tonos beiges, blancos, grises, y azules muy suaves, con muebles modernos y totalmente bonitos.

-Me encanta.-Susurro.

-A mi me encantas tú.-Adrien se acerca a mi y toma mi cara entre sus manos.

Me besa, y suelto una risa en cuanto me eleva como a una princesa.

-Vamos a estrenar la habitación.-Me guiña un ojo y nos reimos.

***

-Hoy te toca ir a hacerte revisión al médico.-Me recuerda Adrien, que está tirado en el sofá a mi lado.

-Cierto. Voy a ir preparándome.

Me pongo unos leggins y una camiseta azul larga; me hago una coleta alta y salgo de casa, de camino al hospital, que está a pocas calles de aquí.

Cuando llego, me mandan esperar, ya que aún están atendiendo a otros pacientes.

Me siento en una silla y me pongo a dar suaves palmadas en mis piernas, hasta que minutos después una enfermera vestida de rosa se me acerca.

-Hola cielo.-Me saluda.-Aún vas a tener que esperar aquí un ratito, ¿te apetecería venir a ayudarme con unos bebés?

-Me encantaría.-Le sonrío.

La sigo hasta llegar a maternidad. Allí, un montón de bebés están distribuidos en distintas camitas.

-Esta es Nina.-La enfermera coge una pequeña bebé en brazos.-La han dado en adopción, y nadie la coge en brazos. ¿Sabías que los bebés pueden enfermar si no se les coge en brazos? Por eso te he traído aquí, para que puedas tenerla un rato contigo.

Me la tiende y la cojo con cuidado. Admiro sus delicadas facciones, tan pequeñas y perfectas.

En este instante, noto un escalofrío, y se que algo está cambiando.

Lo ignoro y sigo acunando a la niña durante un rato largo, hasta que oigo que me llaman a lo lejos.

-Tengo que irme. Espero poder venir de nuevo.-Le digo a la enfermera.

-Cuando quieras, cielo.-Ella me sonríe y extiende los brazos para que le de a Nina.

-Descansa, pequeña Nina.-Le susurro, y luego se la doy a la enfermera.-Hasta luego.

Me dirijo a la consulta de mi médico, y tras hacerme una revisión, me sonríe.

-Buenas noticias.-Me dice.-Estás embarazada.

Mi pequeña fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora