9: San Juan.

6.2K 280 7
                                    

Estas dos semanas fueron bastantes normales; pasaba la tarde en la piscina con Adrien, me encerraba en mi biblioteca cuando él traía a alguna chica a casa... (osea, prácticamente todas las noches a una distinta), cosa que cada vez me molestaba más, aunque no se por qué, sinceramente...

Y aquí estoy ahora, buscando la ropa que llevar esta noche, la noche de San Juan.

Claramente no me puedo poner ningún vestido (tampoco pensaba hacerlo) ni nada que sea medianamente nuevo, porque luego se quedará impregnado de olor a humo.

Finalmente me decido por unos vaqueros normales, una básica de tirantes negra y una sudadera, un par de tallas más grande, morada de vazva. Añado unas convers negras y listo.

Dejo mi pelo suelto, pero me llevo una goma de pelo en la muñeca por si acaso.

Cojo mi cartera y saco veinte euros de ella, luego me los guardo en un bolsillo. En el otro guardo el móvil.

Ya son las nueve y media, y en ese preciso instante oigo como la cerradura de mi puerta gira y se abre.

-Hola.-Dice Adri elevando un poco la voz, porque no sabe donde estoy.

-Estoy en el baño.-Le respondo.

A los cinco segundos la puerta se abre, dejándome ver a Adrien vestido con unos vaqueros algo desgastados y una camiseta gris, la misma que la que usó la noche de la fiesta en su casa.

-¿Estás lista? El taxi espera.

-Pues vamos.-Salgo del baño junto con él, apago las luces de la casa y salimos del edificio.

Abro la puerta de atrás de el taxi y entro. Espero a que Adrien entre conmigo, pero en vez de eso se sienta en el asiento del copiloto. Frunzo el ceño. Me trata como a una niña, y está claro que no lo soy. Vamos, ¡me acabo de independizar!

Adri le indica al taxista el nombre de la playa y este parte hacia nuestro destino.

Uy, que profundo sonó eso, ¿verdad?

Pasan unos diez minutos hasta que llegamos al paseo marítimo. Está prácticamente lleno de gente bebiendo y gritando, por lo que el taxi tiene que pararse a unos cuantos metros de allí. Adrien paga y nos bajamos.

Me agarra de la mano para que  no me pierda, y por alguna razón me recorre un escalofrío.

Caminamos hasta llegar a las escaleras que dan a la playa. Las bajamos y me encuentro con una playa llena de hogueras, algunas pequeñas, lo suficiente para saltarlas, y otras muchísimo más grandes, de unos dos metros.

-Esto es genial.-Digo para mi misma.

-Mira, ahí están.-Señala a un grupo de chicos que están en un lado de la playa, justo encima de unas rocas bastante grandes que tienen un pequeño hueco donde está hecha la hoguera.

Nos acercamos a ellos, y veo que hay siete. Tres de ellos aon rubios, dos de pelo negro y los otros dos castaños. Los ojos varían según el chico.

Los tres rubios se llaman Logan, Mark y Derek (si, los últimos dos como los de Anatomía de Grey).

Los pelinegros son Mane y Lucas, y los castaños son Shane y Andrew.

¿Que pasa? ¿Todos los guapos son amigos de guapos o que?

Todos me saludan con dos besos, salvo Derek y Shane, que al parecer ya han bebido algo y entre los dos me dan un fuerte abrazo elevándome en los aires y dando una vuelta.

Suelto una risa cuando me bajan, y tengo que mirar hacia arriba para poder verlos. Soy bajita, sí.

-Yo soy Dris.-Les digo a todos con una sonrisa.

Mi pequeña fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora