Mis ojos miran hacia la suave caída de mi vestido blanco de seda, palabra de honor con la falda plisada, y un suave y delicado cinturón dorado rodeándome la cintura. Mi pelo está ondulado, cayéndo en ondas por mi espalda. Un par de mechones se unen en la parte de atrás de mi cabeza.
Sonrío al recorrer el pasillo hacia Adrien. Lleva un esmoquin negro, absolutamente precioso. Sus ojos se posan en los míos.
Liam me da un beso en la mejilla y me deja en manos de Adrien. Me coloco a su lado y lo miro.
Tras el breve discurso que da el hombre, Adrien me tiende un anillo, con trazados muy sencillos y nuestros nombres bordados en el interior. Me lo coloca en el dedo anular, y yo hago otro tanto con el suyo.
Acabamos de cumplir nuestra promesa con un beso, tan simple, delicioso y secreto que es imposible no perderse en él.
-Te amo.-Me susurra.
-Te amo.-Le susurro.
La gente aplaude.
***
-A veces, las cosas malas nos hacen ver cuales son las buenas de verdad.-Me susurra tiempo después, cuando estamos bailando entre la gente.
Suelto una risa y asiento.
La gente hace un círculo a nuestro alrededor y empiezana gritar animados. Río cuando recuerdo que es la hora de quitarse la liga.
Adrien me mira y se inclina. Levanto mi vestido hasta mi cintura y dejo la liga, colocada alrededor de mi muslo, al descubierto. Con una sonrisa picarona, Adrien la atrapa con los dientes y la desliza hacia abajo hasta quitármela.
Todos los presentes nos reímos, y el suave tintineo que producen nuestras risas, hacen que me de cuenta de que este tipo de cosas son las que uno necesita.
ESTÁS LEYENDO
Mi pequeña fuga
HumorDris está harta de oir a sus padres pelear y de que nunca le hagan caso, por eso, a sus dieciseis años, decide escaparse de casa y vivir por su cuenta. Al principio todo sale a pedir de boca, pero cuando Adrien, su guapo vecino, descubre que está ha...
