El lunes salgo del hospital. Aunque mis moratones no hayan desaparecido del todo, ya estoy prácticamente recuperada.
Adrien me lleva en coche hasta nuestro edificio. Entro en mi piso y lo primero que hago es ir al baño a darme una ducha. Me despojo de mi ropa y me meto bajo los chorros de agua fría (si, habeis leído bien, fría) y dejo que el agua choque contra mi cuerpo y lo desentumezca. Me lavo el pelo, y cuando acabo, salgo, me seco y me visto con una camiseta de Adrien.
Salgo del baño y me encuentro a Adrien tirado en mi sofá, haciendo zapping en la televisión.
-¿Nada interesante?-Le pregunto poniéndome frente a él.
-Lo tengo delante.-Dice mirándome de arriba abajo.
Suelto una risa y me muerdo el labio inferior. Me acerco al sofá con la intención de sentarme, pero Adrien agarra mis piernas y hace que me siente en su regazo. Me sonríe cálidamente y se acerca a mi con los labios entreabiertos. Cierro los ojos y junto mi boca con la suya, dejándome arrastrar por un beso lento pero salvaje al mismo tiempo.
-Esto es muy raro.-Digo cuando me separo de él.
-¿Por qué?-Me pregunta frunciendo el ceño.
-Tú llevas gustándome desde hace... no sé, tiempo. ¿Como puedo asegurarme de que yo te gusto a ti?
-Creo que con los últimos acontecimientos lo he dejado bastante claro.-Dice sonriéndome de forma cariñosa.
Me lo pienso unos segundos, y decido creerlo. No sé por qué, sé que debería pensarlo mucho más tiempo, pero no puedo ni quiero. Lo único que quiero es estar con Adrien.
-Vale.-Sonrío y él me devuelve una sonrisa ilusionada.
Me inclino otra vez sobre él y vuelvo a besarlo.
***
Nos pasamos el resto del día encerrados en casa, viendo la televisión, comiendo, besándonos... sinceramente esta tarde está siendo genial.
-Tenemos que irnos.-Digo, recordando que habíamos quedado con los chicos en la playa dentro de una hora.
-Un ratito más.-Dice Adri enterrando la cara en mi cuello y besándolo para provocarme.
-He dicho que no.-Me separo de él y le guiño un ojo.
Él resopla enfadado y se resigna.
Me voy a mi habitación y me pongo un pantalón vaquero, una camiseta negra normal y unas converse blancas. Retiro mi pelo en una trenza y vuelvo al salón.
Adrien está de pie junto a la puerta, mirándome de arriba abajo.
-Que guapa estás.-Me sonríe.
Me sonrojo ligeramente y niego con la cabeza.
-Voy de lo más casual.
-Sigues estando guapa.
-Hombre, eso ya...-Digo de broma.
Él suelta una carcajada y me da un beso rápido.
-Vamos.-Me dice.
Salimos del edificio y cogemos un taxi, que tras diez minutos nos deja en la playa.
Bajamos del taxi y nos dirijimos hacia donde veo una pequeña hoguera. Son los chicos; están Nate, Liam, Peter y la novia de Peter, Katie.
Cuando llegamos, saludamos a todos y nos sentamos alrededor de la hoguera.
-Bien, chicos. Hoy comenzaremos la noche haciendo un conjuro.-Dice Katie.
-¿Conjuro?-Pregunto extrañada.
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Mi pequeña fuga
HumorDris está harta de oir a sus padres pelear y de que nunca le hagan caso, por eso, a sus dieciseis años, decide escaparse de casa y vivir por su cuenta. Al principio todo sale a pedir de boca, pero cuando Adrien, su guapo vecino, descubre que está ha...