Maratón 3/4
Me despierto y estiro mi cuerpo por toda la cama. Mi brazo choca contra otro brazo cálido, y me giro para contemplar el torso desnudo de Adrien.
Sonrío de forma inconsciente y me levanto con cuidado de no despertarle. Me sonrojo cuando mi cuerpo sin ropa queda al descubierto, pero ignoro el pensamiento y me dirijo al baño.
Abro la ducha y me meto bajo sus chorros, haciendo que estos golpeen contra mi cuerpo. Suspiro y relajo mis músculos, y dejo que el agua arrastre mis malos momentos.
Me enjabono el pelo y el cuerpo y me aclaro, luego me envuelvo en una toalla, me seco, y me visto con un vaquero, un jersey rojo y unas botas negras.
Adrien aún sigue dormido, así que le dejo una nota y bajo a la cafetería. Me sirvo un zumo, unas tortitas con nata y chocolate y una manzana. Me siento en una de las mesas que se encuentran esparcidas por la sala y comienzo a comer.
Dos minutos después, la puerta se abre y deja pasar al policía que nos atendió hace días. Su mirada se pasea por la sala hasta dar conmigo. Se acerca a mi y me sonríe.
-Hola Dris.
-Hola agente...-Miro su placa.-Michel. Puede sentarse si quiere.
Le sonrío y él toma asiento.
-Venía a informaros que ya os hemos encontrado un sitio. Es un chalet en Blackwood.
-Pero eso está a más de dos horas de aquí.-Exclamo.
-Bueno, esa es la idea. Que esté lejos. Tranquila, no os supondrá ningún tipo de esfuerzo mudaros, nosotros nos encargaremos de todo.
-Bueno, de acuerdo. Si quiere vamos arriba, a decírselo a Adrien.
-De acuerdo.
Nos incorporamos y salimos de la cafetería. Subimos en el ascensor y con mi llave abro la puerta.
Nos adentramos y vemos que Adrien sigue durmiendo.
-Adrien.-Le llamo.
Él abre los ojos despacio y se asusta al ver al poli. Se tapa con las sábanas y rápidamente busca un pantalón tirado en el suelo. Se lo coloca y nos sonríe.
-Perdón.-El policía intenta esconder una sonrisa.
-Perdóneme usted.-Responde él sonrojado.
Suelto una risita.
-Adrien, nos han encontrado una casa.-Le anuncio.
-¿Teneis las maletas echas?-Pregunta el policía.
-Si, si.
-Pues venga, vamos de camino al aeropuerto.
***
Media hora después, estamos sentándonos en los asientos de un avión camino a Blackwood.
-¿Estás nerviosa?-Adrien me mira con una sonrisa en los labios.
-Un poco. Es decir, es una nueva vida.
-Todo va a salir bien.
Se acerca y me da un beso. Acaricia mi mejilla suavemente trazando círculos con su pulgar.
-Vale.
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Mi pequeña fuga
HumorDris está harta de oir a sus padres pelear y de que nunca le hagan caso, por eso, a sus dieciseis años, decide escaparse de casa y vivir por su cuenta. Al principio todo sale a pedir de boca, pero cuando Adrien, su guapo vecino, descubre que está ha...