20: Claire y Sophie.

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Al volver de la playa, ya era la una de la mañana, así que nos dirigimos a mi piso y nos tiramos en el sofá, yo encima de Adri.

-¿Tienes sueño?-Me pregunta. Yo niego con la cabeza.-Yo tampoco.

De repente se me ocurre una idea.

-Enséñame a conducir.-Me incorporo y le sonrío abiertamente.

-¿Qué? ¿Tú, conducir?-Suelta una carcajada, que calla en cuanto ve que no me río.-Ah, que es en serio.

-Pues claro.-Digo poniendo los ojos en blanco.-Vamos con el coche hasta la plaza y conducimos.

-Es peligroso.-Me dice poniendo una mueca.

-¿Desde cuando te da miedo el peligro?-Digo enarcando una ceja y sonriendo.

-Desde que te puede afectar a ti.-Dice con simpleza.

Me sonrojo ligeramente, pero intento evitarlo.

-Vamos. Porfi.-Digo haciendo un puchero.

-Bueno...-Marco más el puchero y al final él cede.-De acuerdo.

-¡Bien!-Me inclino hacia delante y le doy un beso corto.-Vamos.

Me levanto y él hace lo mismo. Nos dirijimos a la puerta y salimos.

***

-Ahora mete primera.-Hago lo que me dice.-Suelta ligeramente el embrague...

Y se me cala.

-Porras.-Exclamo.

-Te dije que sería difícil.-Enarca una ceja y me mira sonriente.

-Puedo hacerlo.-Lo fulmino con la mirada y vuelvo a seguir sus indicaciones, hasta que al final consigo que arranque.-¡Bien!

Empiezo a ir despacito hacia delante, luego freno un poco, piso el embrague y cambio a segunda, para así ir más rápido.

-¡Me encanta!-Exclamo.

Empiezo a manejar el coche por toda la plaza, llendo cada vez más rápido, pero cuando llego a cuatra Adri me manda parar.

Hago lo que me dice y lo miro con una sonrisa cómplice.

-Ahora ya se conducir.

-Tan solo sabes ir hacia delante.

-Estás celoso porque tardé mucho menos que tú en aprender.-Enarco una ceja.

-Si, ya, claro.-Pone los ojos en blanco.-Intenta aparcar ahí, anda.

Me señala un sitio y me dirijo hacia él. Intento aparcar como me dice, pero le doy a la acera.

-Ups.-Le digo.

-Te lo dije.

-Ya...-Frunzo el ceño.-Pues ahora quiero dormir.-Me cruzo de brazos.

-Pues vámonos. Pero conduzco yo.-Añade con una sonrisa divertida.

Al llegar a casa, como seguimos sin tener sueño, nos ponemos a ver la televisión. Me recuesto el pecho de Adrien, y él se dedica a acariciar mi pelo, consiguiendo que yo caiga dormida.

***

A la mañana siguiente, me despierto en la cama, al lado de Adri. Supongo que me habría traido él de noche.

Lo zarandeo en cuanto escucho que su móvil suena.

-Eh, tú.-Le digo cuando veo que no se despierta.

Él solo gruñe.

-Despierta.-Le repito.

Como no me hace caso, estiro el brazo en busca de su teléfono. Al cogerlo, pulso la tecla verde y me lo llevo a la oreja.

-¿Sí?

-¿Eres Dris?-Pregunta una voz de mujer.

-Si... ¿Y usted quién es?

-Claire. La madre de Adrien.

***

Tres horas después, escucho como el timbre suena. Adrien se acerca a la puerta y la abre, y puedo escuchar desde la cocina las voces de una mujer y una niña pequeña.

-¡Dris, ven!-Adrien me llama, asi que con paso inseguro me acerco a la entrada.

Cuando Adrien me dijo que iba a venir su madre y su hermana, me asusté. Me dijo que no venían tan solo a hacerle una visita, también venían a conocerme a mí. Eso me dio bastante seguridad y miedo, todo al tiempo.

Puedo distinguir a una mujer alta, de piel clara, con el pelo castaño por la mandíbula. Tiene los ojos verdes, y transmite una sensación de paz y alegría.

La niña ya me llega por el pecho. Tampoco hay que ser muy alta. Es blanca de piel, su pelo es rubio (no se de donde lo ha sacado) y le llega hasta la mitad de la espalda de forma ondulada. Y tiene unos ojazos azules. Su sonrisa deja ver que se le cayó un diente hace poco.

-¿Tú eres la novia de Adri?-Pregunta la niñita.

Me sonrojo ante su pregunta, pero sonrío y le respondo.

-Y tú debes de ser Sophie.-Me agacho un poco hasta quedar a su altura y le digo en voz baja:- Adrien me dijo que te gusta el helado de chocolate.-Ella sonríe y asiente.-Pues he comprado un poco.

Ella aplaude y me da un abrazo. Cuando se separa, me vuelvo a incorporar para saludar a Claire.

-Hola, señora Marks.-Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

-Llámame Claire. Encantada, Dris. Adri me ha hablado mucho de ti.

Le sonrío y ella me guiña un ojo.

-¿Por qué tienes un moratón?-Me pregunta Sophie señalando mi mejilla.

Instintivamente me llevo una mano y tapo la herida.

-Me... Caí al suelo.-Me doy una palmada suave en la cabeza.-Soy muy torpe.

-Igual que yo. Chócala.-Extendemos las manos y las chocamos.

-Sophie, ¿por qué no vas a ver un rato la tele? Creo que están echando Peppa Pig.-Interrumpe Adrien.

-¡Peppa Pig!-Grita la niña, y se va corriendo hacia el salón.

-¿Vamos a la cocina?-Adrien nos sonríe y caminamos hasta quedar sentados alrededor de la mesa.

-Adrien me contó lo de John. No sabes cuanto lo siento.-Claire arropa mis manos entre las suyas y me mira con lástima.

-No importa, estoy bien. Lo bueno es que ya está en la cárcel. No puede hacernos nada.-Le sonrío y ella asiente.

***

Pasamos el resto de la tarde hablando, riendo y paseando. Cuando dan las nueve, las chicas tienen que irse, ya que Sophie está muy cansada. Nos despedimos de ellas y cerramos la puerta.

-Me encantan.-Le digo a Adrien.

-Y tú les encantas a ellas.-Se acerca a mí y me da un suave beso en los labios.

-Voy a bajar la basura.-Le sonrío y vuelvo a abrir la puerta.

Bajo las escaleras rápidamente y salgo del portal. Todo está casi oscuro, y no hay nadie por la calle. Tiro la basura y me doy la vuelta para volver a casa.

Pero cuando una bolsa cubre mi cabeza y dos pares de manos me agarran, sé que en este momento no entraré en el portal. Lo único que me queda es gritar, que es justo lo que hago, aunque parece como si mis gritos se colapsaran y no transapasasen la bolsa.

POR FAVOR, POR FAVOR, POR FAVOR, NO ME HAGAIS DAÑO.

Sé que llevo un mes sin subir, pero estuve ocupada entre el examen de lengua, y el poco verano que me quedaba, que no pude subir antes. Lo siento de verdad, pero como veis esto se pone interesante.

¿Qué creeis que ha pasado?

Mi pequeña fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora