Mi pequeña fuga

1: Haciendo las maletas

-¿Tanto te cuesta hacer un día la cena?-Mi madre levanta los brazos exasperada.

-Oh, vamos, trabajo ocho horas seguidas para traer dinero a casa, ¿y tú encima quieres que cuando llegue me ponga a cocinar?-Le recrimina mi padre.

-¡Al menos podrías hacer la cama o doblar ropa!-Le dice.

-¡Claro, lo que más me apetece es ponerme a doblar calcetines!-Le responde en tono sarcástico.

Entro en el salón y me encuentro con esto, como siempre.

Me tiro en el sofá y observo la escena mientras me como unas palomitas.

-¡Pues no estaría mal!¡Eres un machista!

Vale, hora de intervenir.

-Buenos días, madre y padre. ¿No hace un tiempo precioso?-Les digo con una sonrisa, pero ellos no me hacen caso y siguen con lo suyo.-¿Sabeis qué he hecho hoy?-Les pregunto con un entusiasmo fingido.-Me he acostado con la mitad del equipo de fútbol. Incluído el repetidor ese de veintiún años.

Claro que es mentira.

-¿Yo machista? ¿Trabajo todo el santo día y esto es lo que me espera al llegar a casa?

-También al de volleyball. Incuído el femenino.-Añado con el mismo entusiasmo, pero no me escuchan.

Me levanto con pesadez para irme a mi habitación, y cuando paso por su lado les suelto un seco:

-Deberíais divorciaros.-Pongo los ojos en blanco y salgo del salón.

Entro en mi habitación y me tiro en la cama. Todos los días igual.

Menos mal que ya no tendré que soportar más esto. Sonrío y miro mi móvil. Tengo un mensaje de Liam, mi mejor amigo.

Ya tengo todo listo. ¿Cuando vienes?

Con "todo listo", se refiere al carnet y pasaporte falsos, en donde pone que tengo dieciocho años en vez de dieciseis.

Os explico: Me voy de casa esta noche. Me alquilaré un piso con el dinero que he ahorrado y viviré por mi cuenta.

No pienso aguantar a mis padres ni un día más.

Esta noche iré a dormir a casa de Liam, y mañana cogeremos su coche y nos iremos a una ciudad que está a un par de horas de aquí, donde localizamos un bonito apartamento que puedo permitirme.

Miro el reloj: en una hora mi madre se quedará dormida viendo la televisión y mi padre bajará al bar con sus amigos. Perfecto.

***

Papá, mamá, que sepais que no me han secuestrado, estoy perfectamente. No quiero que os preocupeis por mí, pero no pienso estar un minuto más bajo este techo. Espero veros algún día.       BESOS: DRIS.

Dejo la nota sobre la encimera y salgo de la casa con todo el sigilo que puedo. Liam está esperándome abajo, metido en su coche. Le sonrío cuando sale de él y me devuelve la sonrisa.

Liam es un par de años mayor que yo. Su pelo rubio oscuro y algo alborotado le cae un poco por la frente, y sus ojos azules claros me miran con aire protector. La verdad es que es muy guapo.

Me acerco a él y le abrazo, Él me levanta en el aire y besa mi frente al bajarme.

.-Hola, pequeña.-Pasa una mano por mi melena rubia, alborotándomela.

-Hola.-Me paso los dedos por el pelo para peinarlo un poco y entro en el coche.

Liam sube por el otro lado, el del conductor. Pone el coche en marcha y arranca. Miro por la ventana, observando mi casa por última vez.