Antes de empezar, quiero decir que este es uno de los personajes que más costó escribir. Nunca me ha gustado Kageyama, pero supuse que era un personaje que no debería faltar en la lista.
Sin más que agregar, comencemos.
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Kageyama POV
Entré a Karasuno y para empezar me encontré con ese chico de pelo naranja. Era un estúpido y no sabía nada sobre volleyball. Me resigné a practicar junto a él ya que a pesar de que no era muy bueno, tenía potencial. Pero a parte de él había alguien que me llamaba la atención. Le había visto unos días antes de que empezara el año escolar en una cancha cerca de mi casa, los saltos que daba para golpear el balón me recordaban a Hinata, pero ella era aún mejor. Cuando empezaron las clases la volví a ver, estaba en mi clase y no parecía llevarse bien con nadie.
Quería encontrar una ocasión para hablar con ella, pero cada vez que lo intentaba Hinata o alguna otra persona se metía en mi camino. Hasta que un día conseguí una oportunidad. Aquel día tendríamos la clase de educación física en la cancha de volley, el profesor nos mandó a ella y a mí a traer algo que se había olvidado en el salón de los profesores.
Narrador
— Gr-Gracias — respondió la chica que tenía en frente mientras le pasaba un medidor de presión que ella no logró alcanzar.
A Kageyama le llamó la atención el collar con un dije en forma de balón de volleyball que ella tenía en el cuello.
— ¿Te gusta el volleyball? — preguntó él azabache algo interesado.
— Si.
— ¿No eres parte del equipo de volley de la escuela? — ella suspiró ante la pregunta.
Ambos caminaban de vuelta a la cancha donde estaban pasando su clase de educación física. Kageyama la miró expectante, era la primera vez que hablaba con una chica que no fuera Shimizu o Yachi. La había visto en la ceremonia de entrada, y en su salón, pero nunca se había acercado a hablarle.
— Me gustaría ser parte del equipo, pero me cuesta llenarme de valor para asistir a las prácticas.
— ¿No te llevas bien con las chicas del equipo?
— No es eso. Solo que soy tímida y me pongo muy nerviosa — admitió ella en otro suspiro.
— Pero estás hablando conmigo ahora.
— Es diferente.
— ¿En qué?
— En que ambos amamos el volleyball, pero si trató de hablar de ello con los demás... Kageyama la entendía. Era igual a ella, temia mostrar sus sentimientos y que los demás no lo entendieran. Pero lo estaba intentando de todas formas, quería mejorar aunque sea un poco, quería enfrentar su futuro y avanzar sin miedo.
