Yamaguchi Tadashi

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Mina POV

Ahí iba de nuevo, era como la sexta vez que intentaba decirle a Kageyama que me gustaba, pero siempre era ignorada olimpicamente como una valla de carrera de obstaculos, obviamente el rey solo tenía ojos para el volley.

Después de mi fallido intento caminé arrastrando los pies hasta mi club, el club de volley femenino, al cual en un principio había entrado para llamar la atención de Kageyama, pero luego fuí teniéndole cariño y me esforcé junto al equipo para jugar en los partidos. Estaba tan abrumada que decidí que iba a decirle a Michimiya-senpai que dejaría el club de volley. En mi camino Takeda-sensei se acercó a mi y me preguntó que me pasaba, le conté lo que iba a hacer. Solo me dijo que lo pensara bien y que no me desanimara, lo decía como si supiera lo que me acababa de pasar.

Llegué al gimnasio donde entranábamos y las chicas del equipo ya estaban entrenando, Michimiya-senpai no estaba entrenando con ellas, y no vestía el uniforme. Me acerqué a ella y le pregunté si le pasaba algo. Primero me regaño por llegar tarde, luego dijo que le había cedido su puesto a otra de las chicas del equipo y que vendría a visitarnos de vez en cuando ya que tenía que ponerse a estudiar para los examenes de la universidad. Me quedé inmovil un momento, habian tomado una decisión y no me tomaron en cuenta, después de que terminó  de hablar solo atiné a despedirme con la mano y ver como ella se iba. Esa tarde ninguna de las chicas se sentía con ganas de entrenar después de que Michimiya-senpai se marchara.

Al final de la tarde la nueva capitana disolvió el equipo porque ni siquiera éramos suficientes para formar un equipo de volley. Salí corriendo, aquellas dos malas noticias en un solo día hicieron que mi corazón se estrujarla y me doliera, mis lágrimas no dejaban de caer,  debido a ello me tropecé y caí de cara contra el suelo, una mano tibia me tomó del brazo y me ayudó a levantarme. Las lágrimas me nublaban la vista así que no podía ver su rostro.

- ¿Estás bien? - preguntó mientras me revisaba el rostro y las manos.

- Si. Gracias. - respondí con voz quebrada

- ¿Por qué lloras? - su voz cálida hizo que me sintiera protegida por alguna razón, me limpié las lágrimas y entonces pude verlo. Cabello castaño, piel ligeramente tostada por el sol, sus ojos y sus labios eran perfectos, pero lo que más me llamó la atención y me pareció lo más lindo que jamás había visto, eran sus pecas, que sobre su rostro parecían pequeñas estrellas formando un montón de constelaciones.

Sentí el calor subir a mis mejillas, estábamos demasiado cerca, él pareció darse cuenta y se alejó de un salto, sus mejillas tomaron color al igual que las mías.

- L-l-lo siento, no quería... yo solo... - me reí, se veía tan tierno que me fué imposible no reaccionar. Él se quedó callado mirándome, no podría describir su mirada, pero de seguro que estaba asombrado.

- Ahora me siento mucho mejor, gracias...etto, ¿cual es tu nombre? -

- Yamaguchi Tadashi...

- Yo soy Kazama Mina, gracias por ayudarme Yamaguchi-san - en ese momento nos interrumpió una papa frita gigante con anteojos. El rubio me miró como si fuera una insecto y luego siguió su camino. Cuando estuvo a varios metros llamó a Yamaguchi, este se despidió y fué detrás del rubio. Supuse que eran amigos y por el uniforme que llevaban supe que eran miembros del club de volley.

Al día siguiente busqué a Takeda-sensei para decirle la decisión del equipo femenino, pero lo que obtuve por respuesta me sorprendió. Me dijo que las chicas del club fueron a buscarlo y decirle que "yo" me salía del club.

Después de contarle mi versión fuí a mi salón de clases, al entrar encontré mi mesa y asiento llenos de basura y una nota con un insulto. Comencé a pensar en quien podría haber hecho algo así, pero nadie me venía a la mente. Aquel día me encontré de nuevo con Yamaguchi, hablamos unos minutos y luego el se fué a su entrenamiento. Al día siguiente pasó de nuevo, los insultos y la basura me recibieron por la mañana, y así siguieron apareciendo sin motivo alguno todas las mañanas en mi asiento. Días después del primer incidente mis compañeros de clase y mis amigos comenzaron a alejarse de mí y me daban miradas acusadoras cada vez que se chocaban conmigo, y, luego de un mes quedé completamente aislada. Aparte de Yamaguchi, quien se acercaba a mí para conversar y a veces entrenar sus saques después de su entrenamiento regular, nadie quería acercarse a mí y era prácticamente invisible para mis compañeros, los únicos que seguían inmutables eran los profesores, quienes no me ignoraban, pero tampoco estaban interesados en saber que era lo que me pasaba.

Free!, Haikyuu!! Y KNB One ShotsWhere stories live. Discover now