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Oikawa Tooru (2)

Caminaba con dificultad hacia donde le habían indicado al entrar en ese establecimiento, sus pies dolían demasiado, su espalda aun le ardía por los golpes que había recibido el día anterior, su padre fue demasiado brutal, le partió varios palos en la espalda y le desgarró la piel con la hebilla de su cinturón, le costaba respirar por las patadas que este le propino, para su suerte la chaqueta que llevaba encima tapaba las manchas de sangre de su camiseta, estaba más preocupado por lo que diría esa persona que por su cuerpo magullado. Su estomago rugía, habían pasado cuatro días en los que no comió absolutamente nada, apenas unos tragos de agua.

Al llegar al lugar se quedó estático en la puerta, lo buscó con la mirada hasta que lo encontró, pensó que se veía más atractivo con ese uniforme deportivo, lo observó en silencio mientras que él, su amor no correspondido, lo notara. No quería distraerlo y mucho menos llamar la atención, sabía que probablemente él lo rechazaría nuevamente, pero aún así quería creer que todavía tenía a alguien que pudiera ayudarle.

Oikawa por su parte se había dado cuenta de que lo observaban fijamente, solo que no podía localizar a su acosador mientras jugaba volley, estaba cansado y ese día lo único que quería hacer era llegar a casa, tirarse de panza al suelo para jugar video juegos y luego dormir un par de horas. Iwaizumi lo estaba agobiando y sentía que iba a explotar, se sentó un momento para descansar y volvió a sentirse observado. Miró hacia la puerta del gimnasio y vió a un chico, era pequeño de estatura, tenía el cabello hasta la altura de los hombros, estaba despeinado y le cubría los ojos, también vió un montón de curitas por todo su rostro y brazos. Se acercó hasta él y lo tomó del brazo.

- Te dije que no vinieras - le habló casí gritandole, todos dentro de la cancha se quedaron en silencio al escuchar la voz de Oikawa. El chico se soltó del agarre de Oikawa y retrocedió unos pasos, bajo la mirada al suelo.

- Tooru-senpai...yo - él no dejó que dijera nada más y volvió a gritarle.

- No somos amigos así que no me llames por mi nombre...Que no entediste lo que dije? Vete! No quiero volver a verte! - el pequeño comenzó a llorar, sus lagrimas caían al suelo, entendió entonces que estaba completamente solo, se fué caminando con la mirada perdida y Oikawa se quedó observandolo hasta que desapareció de su vista.

Iwaizumi se acercó a él para preguntarle lo que había sucedido pero se negó a hablar, durante varios días Iwa-chan no pudo sacarle ni una sola palabra, un día antes del campeonato de verano Oikawa decidió contarle a su mejor amigo que es lo que había sucedido y porqué actuó de esa manera. El que había ido a verlo era su amigo, se habían conocido a principio de año en una fiesta, tenían muchas cosas en común y solían pasarse horas hablando, incluso admitió que de algún modo se sentía atraido hacia él. Hace poco habían decidido encontrarse para ir a jugar volley pero se encontro con la sorpresa de que el fingió no lo conocerlo frente a unos tipos, hizo que él quedara como un pervertido y de paso se ganó una golpiza que no merecía.

- No crees que él realmente te necesitaba? - preguntó Iwa-chan, Oikawa tambien le había comentado que el chico tenía problemas en su casa.

- No lo sé...voy a hablarle cuando terminen las regionales, también creo que me excedí un poco - Oikawa estaba apenado y el enojo que sentía se le había pasado.

Por otro lado el chico, Tsuyoshi, estaba pasando por un muy mal momento, a principios de ese año sus padres se divorciaron y él se quedaría a vivir con su padre porque su madre se casaría con otra persona, su padre no tardó en volverse alcohólico, luego comenzó a malgastar el dinero y a hacerse de deudas por todos lados. Era su primer año en la preparatoria, pero tuvo que dejar la escuela y comenzar a trabajar para mantener a lo que quedaba de su familia y pagar las deudas. Entre medio de ese caos conoció a Oikawa, quien se volvió su amigo y por un malentendido para proteger a su padre de unos matones Oikawa terminó lastimado y se alejó de él. Cuando fué a buscar a Oikawa, acababa de escapar de casa, su padre lo golpeaba constantemente y fué a buscar ayuda, pero la única persona que pensó que se apiadaría le pidió que se alejara.

Ante la desesperación solo pudo pensar en una cosa, sus piernas cedieron ante el cansancio, no tenía ni idea cuanto tiempo había estado caminando, cayó rendido al suelo frío y lloró en silenció, rogando para que alguien lo ayudara, su corazón y su cuerpo estaban adoloridos. Observó a su alrededor y lo único que llamó su atención fue ese puente, sus problemas se acabarían, su cuerpo ya no dolería, ya no tendría que llorar ni pasar hambre. Haciendo un último esfuerzose arrastró hasta llegar a medo puente, lentamente se deslizó por encima de la varanda, apenas tardó unos segundos en tocar el agua, el golpe lo dejó inconciente y comenzó a sumergirse lentamente en un abismo obscuro y frío.

Días después su padre al notar su ausencia comenzó a buscarlo, pero se encontró con el cuerpo sin vida de su único hijo en la morgue de un hospital. Ninguna de las personas que habían dicho ser sus amigos acudieron al funeral. Cuando Oikawa fué a buscarlo se encontró con la devastadora noticia, fué a visitar al padre de Tsuyoshi, quien le entregó una mochila, él no sabía como reaccionar ante tal situación. Cuando llegó a casa, se encerró en su habitación y mientras lloraba en silencio abrió la mochila, dentro estaban su libro favorito "De la tierra a la luna" de Julio  Verne y un sobre de papel con dos peliculas de ciencia ficción que a Oikawa le encantaban, en el sobre estaban escritos el nombre de Oikawa y un "lo siento". Él solo quería disculparse. Necesitaba que alguién le dijera que todo estaría bien y que le diera un abrazo muy fuerte para juntar los pedazos de su corazón roto. Oikawa se maldijo por haberle rechazado, por negar que lo quería, por haberse alejado cuando él más lo necesitaba. Y le rogaba a un dios inexistente que retrocediera el tiempo para enmendar su error.

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Necesito un apapacho...

Esperen el siguiente

Bye bye😊