- Sabes muy bien por qué. - mi padre, no es como si no estuviera interesado en mi o me odiara por algo. Todo lo contrario, es el que se encarga de cuidarme y darme todos mis gustos.
Por eso me dolió tener que mentirle a Akashi en el hospital, si él llegase a saber sobre mi secreto de seguro me odiaría. Podía imaginarme claramente la cara que pondría al enterarse.
- Supongo que ya es hora de empezar de cero. - mi padre asintió.
Ambos subimos al auto y el chofer de mi padre nos llevó a una peluquería donde ya tenía hecha una reservación. cortaron mi cabello y una estilista me acompañó a escoger ropa nueva. Finalmente después de varias horas caminando de un lugar a otro terminó mi travesía y en cuanto me miré al espejo no pude reconocerme. Sabía que era yo, finalmente era libre de las garras de mi madre y sus deseos enfermos.
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- Wah! Me veo mejor de lo que recordaba. - Mi padre asintió satisfecho, tenía a su hijo de vuelta.
- Lamento haberte hecho esperar tanto, Yoonjae. Pero al fin somos libres de esa mujer. - dijo el viejo con una sonrisa nostalgica.
Yoonjae(Adela) POV
Mi madre es japonesa y mi padre es coreano, y sí, oficialmente nací como un hombre, pero mi madre, quien deseaba tener una hija hizo de mí su juguete cuando mi padre aún tenía varios trabajos y luchaba para darnos una buena vida. Luego de que fundara su empresa se enteró de lo que mi madre hacía conmigo, pero ella ganó la batalla legal sobre mí y me obligó a vivir como una mujer durante diez años. Tuve que soportar muchas cosas, mientras mi padre peleaba por salvarme. Y finalmente unas semana atrás lo había logrado.
Mi pobre madre fue internada en un hospital psiquiatrico debido a que uno de sus empleados descubrió mi secreto y la denunció. Eso se convirtió en vía de escape y hoy por fin pude volver a ser quien en realidad soy.
- Creo que no será una buena idea volver a la prepa ahora. - dije mirando a mi padre que se limpiaba las lágrimas.
- No te preocupes, hijo. Ya me encargué de tu transferencia a otra escuela en Tokyo. Nos iremos el fin de semana. Asegurate de empacar lo que necesites. - decía mi padre mientras volvíamos a casa.
Los días siguientes me los pasé pensando en como podría explicarle a Akashi que yo era un chico sin que me odiara o me apuñalara con una tijeras o lo que tuviera en mano. Miraba la panatalla de mi móvil pensando en cuales serían las palabras correctas, pero jamás llegaron a mí.
Aquel fin de semana me fuí a Tokyo sin decir palabra alguna a nadie.
Fuí tranferido a Seirin en Tokyo, donde curiosamente se encontraba Kuroko Tetsuya, él era parte del equipo de basket cuando estabamos en Teiko, recuerdo que Akashi solía hablar sobre él y su falta de presencia. Me hice su amigo, pero para no llamar mucho la atención me metí al club de literatura. Cuando ya estuve acostumbrado a mi nueva vida, mi padre me puso a cargo de una de las cafeterías que poseía. Solo Kuroko y Kagami sabían que trabajaba en ese lugar.
Hasta que llegó ese día que tanto temía. Pensaba que el tiempo haría que él se olvidara de mí, pero a veces el destino es muy cruel. Pero me hizo gracia que Akashi fuera unos veinte centimetros más bajo que yo. Sip. El destino es muy cruel.
Akashi POV
- Murasakibara... Ese es un chico. No es Adela. - dije con una gota de sudor en la sien, pero ciertamente, aquel chico se parecía bastante a Adela.
- Oh. Es Yoonjae. - Kuroko se acercó a la ventana. - Es mi compañero de clases, el atiende esta cafetería.
Murasakibara entró en silencio a la cafetería, se dirigió directamente hacia el mostrador. Se agachó para ver los postres que estaban en exhibición. El chico que se parecía a Adela se acercó a él y le preguntó si buscaba algo en especial. Murasakibara lo miró fijamente por unos segundos.
- Quiero uno de cada uno y un té. - dijo Murasakibara y luego fué a sentarse en una de las mesas. Todas las personas del lugar lo observaron fijamente.
Kuroko se acercó al chico y le saludo. Luego de que todos estuviesemos sentados, aprecieron varias chicas trayendo los postres y las masas que Murasakibara había ordenado y tomaron las ordenes de los demás. El tal Yoonjae se acercó a nosotros, era igual de alto que Aomine, tal vez un poco más, pero su rostro era delicado y lindo.
- Si necesitan algo más por favor no duden en pedirmelo. - dijo haciendo una reverencia.
- Gracias Acchin. - Murasakibara lo miró con una sonrisa.
- ¿Acchin? - el chico lo miró confundido.
Hablé con Kuroko, y algo en lo que me contó me llamó la atención. La fecha en la que ese chico había ingresado a Seirin concordaba con el tiempo en el que Adela desapareció. Y pensé en que tal vez él sabría algo de ella o tal vez estaría relacionado con ella. Le pedí a Kuroko si podía darme el número telefónico de su amigo. Estaba nervioso.
"Se que quieres respuestas, pero no puedo dartelas ahora. Haré un viaje a Kyoto dentro de una semana. Nos veremos allí."
