31.

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Capítulo 31.

Me gusta la lluvia. Sé que su sonido no me deja dormir plácidamente por las noches, pero me gustan los días lluviosos, me gusta mirar por la ventana de mi apartamento como las gotas de agua se adhieren a ellas y se deslizan lentamente.
Mi ánimo es sombrío el día de hoy. Cuando desperté, me sentí muy mal, sentí vergüenza por lo que confesé anoche. Y sentí tristeza al despertar y notar que niall ya no estaba junto a mí.

Mi primer pensamiento fue que él huyó, pero al entrar en mi pequeña sala de estar, vi la nota que había dejado sobre la mesa.

"Aún espero el día en que andy deje de molestarme. Perdón por irme sin avisar, no quise despertarte. ¿Te veo más tarde? Pasaré por ti a las 14:00 hrs. Vi el tiempo en mi teléfono y note que ya no lloverá durante la tarde, quiero llevarte a un lugar."

Con la nota entre mis manos, me siento cerca de la ventana. El cielo se está cayendo afuera, llueve demasiado ¿Realmente dejará de llover?, creo que el teléfono de niall le mintió.
Intento que mi ánimo mejore al saber que pasaré la tarde junto a él. Pero no dejo de pensar que él sabe algo tan personal sobre mí. Debí haber estado muy mal anoche como para contarle algo así.

Y sé que ya no puedo arrepentirme de nada, pero siento que la vergüenza está embargando todo mi ser. Tenía razón cuando dije que puedo ser sincera cuando no le veo la cara, cuando sus ojos no están mirándome.

-Ya pasó connie. Ya pasó.—susurro dándome ánimos.—Nada cambiará. Él está contigo, te apoyará, no te preocupes.

No te preocupes.

Me quedo con estas palabras de autoconsuelo mientras me dispongo a ordenar el caos en mi apartamento. Sé que la limpieza hará que mi mente deje de pensar, así que me pongo en ello justo ahora.

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Cuando conocí a niall, me sentí muy tímida. Él no fue simpático conmigo, y eso fue muy triste para mí. Yo no sabía como comportarme delante de él, no sabía que hacer, pero eso cambió con el pasar de los días y las semanas.

Llegué a un punto donde su sola presencia era lo único que quería, y él se convirtió en la persona con que más a gusto me podía sentir, con la cual podía ser yo.

Pero creo que ahora he retrocedido en el tiempo, he vuelto al día uno. Y me siento fatal.

-¿Como ha sido tu mañana?.—me pregunta apenas me siento a su lado en el auto.

-Bien, hice limpieza general.—digo sintiendo como el corazón me late con fuerza. Ni siquiera puedo mirarlo a la cara, me siento muy avergonzada.

Creo que mis palabras de autoconsuelo no sirvieron para nada.

-¿Sí? Creí que ibas a dormir hasta muy tarde.—me dice de buen ánimo mientras pone el auto en marcha.

-No, desperté temprano.

-Ah.—murmura.—mi teléfono tenía razón, ya no llueve, eso es genial.

-Sí.—digo mirando al frente.—aunque aún hay nubes grises.

-Las puedo soportar, mientras no llueva.—dice y luego suspira.

No le respondo. Un silencio sepulcral se forma mientras el conduce en dirección desconocida, ni siquiera le puedo preguntar adonde vamos porque en mi mente no puedo dejar de pensar que él al verme, debió pensar en lo que dije anoche.

Creo que la paranoia se apoderó de mi, y la ansiedad está consumiendo mis pensamientos.

Mientras niall conduce, me dedico a mirar por la ventana, ocultando mi rostro de él. Tengo ganas de llorar, porque soy estúpida, porque no debería comportarme así, pero mis inseguridades son tan grandes que no sé que hacer con ellas.

UNA GRAN MENTIRA - BY NATH 🥀Where stories live. Discover now