94.

3.2K 252 280
                                    

Capítulo 94. Antepenúltimo.

Varios meses después.

Podría quedarme en las suaves arenas de La isla de Favignana toda mi vida. La temperatura sobrepasa los treinta grados y mi cuerpo puede sentir el sol abrasador.
Niall está a mi lado aplicándose protector solar en su piel bronceada.
Cada día que pasa se vuelve más guapo, su cabello está más castaño de lo normal, al sol pueden verse algunos reflejos rubios que lo hacen ver el hombre más hermoso de la Tierra.

-¿Puedo ayudarte? —Me ofrezco sabiendo perfectamente que él podría hacerlo.

-Sí. —Él jamás se negará.

Lentamente me arrastro hasta su lado sobre la toalla que hemos dejado sobre la arena. Niall me entrega el protector solar y luego se acuesta.
Después de untar un poco de crema en mis manos y deslizarlo por su estómago, puedo ver como su respiración se agita.
Sonrío al notar como mis caricias lo afectan y en como está poniéndose duro bajo la tela de su bañador.

-¿Qué haremos por la tarde? —Le pregunto mientras avanzo por su torso. El alza sus intensos ojos azules y me observa.

-¿Qué te gustaría hacer?

-James necesita un corte de pelo, podríamos volver a Marsala, antes que nos pille el anochecer.

Niall sonríe.

-¿No te gusta cruzar el océano de noche?. —Niego inmediatamente. —Es divertido.

-No para mi. —digo y él suelta un suspiro cuando me siento a horcajadas sobre sus caderas.

-¿Por qué estás tentandome señora Horan? —Susurra depositando sus manos en mis muslos.

Me encanta cuando me llama así. No puedo creer que hayan pasado dos meses desde que nos casamos delante de las personas que más amamos y que nuestra luna de miel aún no termina.
Al principio habíamos decidido estar solo un mes aquí en Italia, pero al terminar nuestro primer mes nos sentimos muy desanimados de tener que volver a Londres, es por eso que Niall me dijo que podíamos alargar nuestra estadía en estas tierras maravillosas.

-No intento provocarte esposo, solamente me gusta estar sentada justo aquí. —susurro con diversión mientras me aprieto contra su bulto y termino de aplicar el resto del protector solar en sus hombros.

-Oye. —Se queja. —Podría vernos alguien.

-No estoy haciendo nada malo. —Susurro volviendo a repetir la misma acción.

-Connie. —Me regaña, pero sus dedos se clavan en mi piel. —Puedo notar tus pezones endurecidos bajo esa fina tela.

Bajo mi vista hasta mi bañador y efectivamente están así.

-Es la brisa. —Musito y él se ríe.

-Sí, la brisa. —Susurra alzando levemente sus caderas frotándose contra mi.

Un gemido se escapa de mis labios por lo que debo mirar a nuestro alrededor. Que Niall haya elegido este lugar para pasar nuestra luna de Miel no es ninguna coincidencia, solamente James está a nuestro alrededor jugando con un hueso de silicona. De gente ni hablar, puedo divisar algunas personas a unos cuantos kilómetros de distancia, muy pequeñitas como si fueran hormigas.

-Podríamos... —Susurro mientras la idea se cruza por mi mente.

-No lo creo bebé. —Me dice pero continúa su exquisito movimiento contra mi ya húmeda entrepierna.

-No hay diferencia entre frotarnos y estar unidos. —Le digo y él sonríe.

-¿Y si alguien nos ve?

UNA GRAN MENTIRA - BY NATH 🥀Onde histórias criam vida. Descubra agora