Oneshot Mpreg.

KawaBoru V.

Naruto caminaba de un lado a otro en su oficina de Hokage, pidió estrictamente que nadie molestara o interrumpiera cuando estuviera discutiendo con la emblemática pareja. Su garganta picaba de impotencia al recordar que Boruto está esperando un hijo, se siente un fracasado por no haber estado más atento con él y ser su apoyo.

No era el mejor padre.

- Quisiera decirte tantas cosas, recriminarte por lo irresponsable que fuiste -se detuvo un momento, mirando a la joven pareja sentada frente a él- Kawaki, eres mayor, imagino que conocías las consecuencias cuando te acostaste con mi hijo, ¿no es así?

El nombrado desvío la mirada, no tenía ganas de responder preguntas tan íntimas sobre su relación.

- Tienen la edad suficiente para decidir en su vida, opté por confiar en ustedes y ¿traer un niño al mundo les pareció la mejor idea? -los encaró, apoyándose en su escritorio con sus brazos cruzadas contra su pecho- No tienen nada para ofrecerle, ¿o me equivoco?

- Cuando estuvimos en la Isla, conseguimos una buena cantidad de dinero para comprar las cosas necesarias para el bebé -respondió Boruto, con su semblante decaído. Nada había salido como esperaba.

- ¿Y donde pensaban vivir? ¿Dónde conseguirían leche para su bebé sabiendo que las nodrizas no son ciertamente fáciles de encontrar y contratar -inquirió, agravando su voz en lo que su disgusto aumentaba. De verdad su hijo no había entendido nada de la "charla" que le dio junto a su esposa- Primeramente, necesitan un lugar sólido donde formar una familia y luego adquirir todo lo necesario para que nada le falte al niño. Porque hasta ahora, sólo los tiene a ustedes y no es suficiente.

- No le faltará nada -declaró Kawaki, cabreado con el sermón que buscó ahorrarse todo ese tiempo- Con Boruto teníamos más que claro que debíamos esforzarnos el doble o triple para que a nuestro hijo no carezca de nada. Yo mismo juré dar todo y más por ellos, son mi familia y no dejaré que pasen por necesidades.

- Correcto, ahora respondeme esto: ¿cuál fue el maldito plan que creyeron acertado?

- Boruto trabajaría hasta que cumpla los siete meses y yo haría doble turno para conseguir la mayor cantidad de dinero, de esa forma cuando Boruto estuviera a un mes de dar a luz iríamos a otro país a formar una nueva vida -respondió firme, mirando por fin al mayor.

- ¿Nueva vida? -levantó una ceja, mordiendo su mejilla por dentro- ¿Por qué marginar a Boruto de su familia y su entorno? ¿Qué sentido tenía huir con las manos vacías?

- Tuve miedo, mucho miedo... -acotó el rubio gestante, jugando con sus dedos sobre su vientre- Creí que me despreciarían por tener un hijo a esta edad, de lo que dirían las personas de la aldea al enterarse que el hijo del Hokage es una completa decepción -puchereó, su bebé se removía inquieto por las amargas emociones de su padre- Sabía que habrían consecuencias cuando estuve con Kawaki, pero no me arrepentí porque... porque es el hombre que amo y quiero estar-ttebasa. Por favor, no me separes de él.

- ¿Quién dijo que lo haría? -los jóvenes le observaron confundidos y sorprendidos- No soy tan inhumano como para separarlos en este momento de sus vidas, diablos -bufó exasperado- Es que... ni tuvieron que irse, ocultar algo tan delicado como un bebé y decidir dejarlo todo con vagos sueños construidos sobre la arena.

- Papá... -su voz se quebró, sintiendo sus ojos humedecerse por cada palabra que le dirigía.

- Estoy cabreado, con ganas de darles una paliza hasta que aprendan a tomarle el peso a las cosas. Chicos, un hijo no es tarea fácil, no es como cuidar a un perrito -observó a Kawaki- Asumiste tu responsabilidad y todo lo que conllevaba, pero no pensaste más allá.

- Solo quiero lo mejor para ellos -admitió, con voz tenue. Otra vez le había fallado a su chico.

- Y no me cabe duda, pero hicieron las cosas mal -pasó una mano por su rostro, apaciguando su enojo- Debieron decir la verdad desde un principio, ¡se hubieran ahorrado todo esto-ttebayo!

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Hinata abrazó fuerte y protectoramente a su hijo mayor, derramó gruesas lágrimas al tenerlo por fin de vuelta. Había sufrido demasiado desde su ida, creyendo que fue una mala madre y seguramente la odiaba.

Pero no se esperó que se convertiría en abuela.

- No me vuelvas a hacer esto, Boruto... -acarició sus cabellos dorados, aspirando su especial y única fragancia en la apertura de su cuello- Debiste confiar en nosotros, tus padres siempre estarán para ti en todo momento... ¿es que no te quedó claro lo mucho que te amamos y cuidamos?

- Lo siento tanto, mamá... -sollozó, aferrándose a su progenitora- Perdón por todo...

La Hyuga se separó un momento para obsevarle de pies a cabeza, su vientre no pasaba de los seis meses y medios. Acarició la piel estirada y miró con una amabilidad única a su hijo mayor.

- Hay muchas cosas que debes aprender antes que tu hijo nazca, Boruto. Debes ser consciente que no es un camino fácil pero estaré ahí cuando me necesites ¿si?

- Gracias, mamá.