Oneshot Mpreg.

ItaDei II.

Deidara no tenía palabras para describir como estar, sentía la respiración irregular y no podía despegar su vista del espejo. Sus manos temblaban en demasía, el aire se hizo poco y si no fuera por su amiga de cabello azul aquel cuadro de ansiedad terminaría peor.

— Tienes que estar mintiendo, maldita sea —masculló con el corazón latiendo a mil.

— Deidara, lo siento. No es así —respondió con pesar, admirando por el espejo la figura del rubio menor.

Con lentitud se libró de aquellos brazos y levantó su franela negra dejando al descubierto su vientre hinchado. Era notable su estado y se lamentaba tanto por ello.

— ¿Cómo... —mordió su labio, temblando— cómo se lo diré a Itachi? —se preguntó aterrado.

— ¿Itachi-kun? —los ojos de Konan se abrieron en demasía— ¿El hijo que esperas es de Itachi Uchiha?

El rubio asintió sintiendo como sus ojos se humedecían- Estamos juntos hace 3 años, lo mantuvimos en secreto pero ya no hace falta ocultarlo. Rompí mi promesa, hm.

— Dios mío... —tapó su boca más que sorprendida— Deidara...

— Me va a dejar —afirmó con dolor, empuñando sus manos— Si nunca me reconoció como su pareja, menos lo hará con su hijo, hm.

— Nacerá en 5 meses —Deidara le miró atónito, con el corazón afligido— Siento el chakra del bebé fuerte, no es como cuando atiendo a chicas de un mes.

Rompió en llanto cayendo de rodillas al suelo, maldijo una y mil veces porque esperaba ese momento en muchos años más. Sin embargo, no podía cambiar su presente, ese niño que cargaba en su vientre era el fruto del amor y devoción que siente por el Uchiha.

Con lágrimas aun cayendo por sus mejillas se levantó con cuidado y metió su franela negra debajo del pantalón y se cubrió con su capa. Abandonó el lugar después de recibir consejos sobre cómo llevar el embarazo y montado en su ave de arcilla, partió rumbo a su casa.

Fue recibido por su madre, quién proporcionó un cálido abrazo y un beso en su frente. Sintió su corazón oprimido, no quería decepcionarla.

— Ya era hora que llegaras-ttebane —el rubio asintió incómodo quitándose los zapatos y dejar su capa en el perchero, por suerte su vientre pasaba desapercibido gracias a su camiseta negra holgada.

Una vez la cena estuvo lista, su padre y hermano bromeaban dando escandalosas carcajadas. Siendo Kushina quién los regañaba ya que no comían ni un bocado, al igual que él, sentía un nudo en el estómago. Quizás eran las náuseas propias de su estado, no tenía idea.

En un impulso dejó los palillos a un lado de su plato y declaró con la mirada perdida— Estoy embarazado.

El silencio causó una corriente fría en el ambiente, ambos padres se miraron absortos.

— ¿Qué estás diciendo? —cuestionó Kushina sintiendo el enojo recorrer cada célula.

— Estoy esperando un hijo —repitió, mirando su vientre.

— ¿De quién es? —indagó Minato, con un semblante preocupado.

Deidara acomodó su flequillo y miró a su padre— De Itachi Uchiha, él es el padre de mi hijo.