Oneshot Mpreg.

Hashimada III.

Fue el primer espectador de aquella unión sin amor, aplaudió a los recién casados sin expresar cuánto quería asesinar al Senju. Su alma lloró amargamente, más, no podía odiarlo.

No cuando tenía a ese niño creciendo dentro suyo y que para su sorpresa, llevara unos tres meses dentro suyo y no mostraba indicios de embarazo. Sí, había un cambio pero no muy notorio.

Asistir a la fiesta fue un martirio, como jefe de clan debía estar allí junto a los demás. Sin embargo, no esperó que Tobirama se le acercara medio borracho con una copa en la mano.

— Tú, maldito Uchiha —se apoyó en la pared más cercana dando un gran sorbo a su licor.

— Eres patético —rodó los ojos malhumorado y divisó a Hashirama sentado junto a su esposa pelirroja siendo elogiados por todos los invitados. A su lado, Butsuma parecía más que orgulloso.

— Tú lo eres —le respondió con tono amargo, Madara le observó de reojo— No deberías estar aquí viendo como mi hermano se casa con esa mujer, es seguro que no follarán.

— Que considerado, basura.

— Pensé que lo querías, JA, ya veo que era una mentira —se rió burlón, dando el último sorbo de su copa hasta vaciarlo— Demonios...

— Y yo pensé que me querías lejos de tu hermano, ¿qué mierda te pasa? —se giró hacia él con el ceño fruncido— Él tomó su decisión. No estoy aquí por gusto, tsk.

— Entonces... ¿no te importa?

— ¡¿Qué mierda te debe importar a ti lo que yo piense si lo único que querías era que dejara a Hashirama?! —le tomó violentamente por el cuello de su kimono, captando la atención de algunos invitados — Se acabó para siempre, ¿ahora estás feliz, pedazo de imbécil?

— Creía que sí, pensé que mi hermano sería feliz con Mito —confesó decepcionado, el Uchiha soltó el agarre y le observó expectante— Pero parece un perro mojado, más depresivo que nunca.

Madara no dijo nada, solo le escuchó en silencio cruzandose de brazos.

— Pero, es el Hokage. Alguien que debe tener una relación NORMAL, y actuar como se debe —se acercó a él— Y tenerte a su lado no está en sus planes.

— Que interesante, no pedí tu maldita opinión en ningún momento.

— Sería bueno que te fueras lejos.

— ¿Y darte el gusto?, no lo creo.