IzuTobi I.

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Cuando Tobirama alcanzó el orgasmo, apretó las estrechas caderas del joven pelinegro que jadeaba debajo suyo. Un lindo sonrojo adornaba sus mejillas con ese tono pálido de su piel, tan suave que sentía asco de sí mismo por los pensamientos estúpidos que le atormentaban.

Con una mueca salió de su cálido interior, maldiciendo en voz baja al ver lo excitable que era ver al Uchiha expuesto para él. Negando casi con pánico, se levantó con rapidez y abandonó la habitación para ingresar al baño.

Izuna se reincorporó en el futón jadeante e incómodo por la sensación húmeda en su entrada, frunció el ceño al ver la extraña actitud del Senju y optó por limpiar el desastre en él y el de la habitación.

Lució un Kimono azul marino con la insignia de su clan en la espalda, Tobirama le observaba desde la puerta del baño con una toalla cubriendo su intimidad. Observó la luz de la luna destacar los mejores rasgos de ese joven que odiaba pero a la misma vez le fascinaba.

Lo que comenzó del odio, terminó en la cama.

El menor le observó expectante, siempre se le quedaba viendo por un buen rato y no es le molestara ni nada, solo le intrigaba esa mirada estoica.

— ¿Sucede algo...?

— No —respondió seco, avanzado hasta el futón y encontrar sus prendas ya ordenadas anteriormente— Ya me voy.

— Oh, pensé que te quedarías. Ya es tarde y... —Tobirama le interrumpió.

— Dije que no.

Apretando los labios con indignación, se acercó al mayor que se ponía su ropa interior y le dio una patada en su rodilla.

— Pues vete a la mierda.

— ¿Por qué no te vas tú? —levantó una ceja con molestia, odiaba lo inmaduro que llegaba a ser ese chiquillo.

— Te informo, es mi puta casa —le sonrió cínicamente— Así que si quieres seguir siendo recibido de buena forma, compórtate.

— Oh, ¿me estás amenazando? —se burló en su rostro, visiténdose rápidamente y ponerse en pie frente al Uchiha— Si no fuera por mi, tu maldito clan no estaría vivo. Mantente en tú lugar.

— ¿Por ti? —se le acercó peligrosamente— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Tobirama sintió el corazón acelerarse de manera estrepitosa y alejó rápidamente al menor de labios bonitos.

— Nada que no sepas, y no te acerques así de la nada —desvió la mirada abandonando la habitación siendo seguido por el Uchiha.

— De verdad no lo entiendo —el menor se cruzó de brazos, desviando la mirada de Tobirama que se colocaba sus sandalias— ¿Es que soy un juego para ti?

El Senju bufó con fastidio, poniéndose en pie y mirar por última vez al único chico que de verdad le importaba más que su propia vida.

— No, no lo eres.

— ¿Entonces?

— Solo tenemos sexo casual, eso es todo.

Oneshot Mpreg.Where stories live. Discover now