EN LOS PASILLOS DEL INFIERNO II

90 12 3
                                    

*De alguna manera, noté que a Astrid le gustaba mucho que participara Beelz en la trama así que... aquí tienes mi noble ofrenda querida:3

-tía Michael...

-dime mi pequeñita cabecita de algodón

-¿pó qué me tengo que cobijar hasta los piecitos? ¡no hace fíoo!

-ah, porque te puedes enfermar mi amor

-pedo soy un ángel, no me puedo d-resfríar tía

-mmmjj, bueno, porque te tengo que asegurar para que...

-¿asegurarme? ¿pó qué tía?

-bueno... pues que no te salgas de tu camita mi amor

-¿saliir? ¿salir a dónde tía? Siempre me cierran la puegta para que no me salga ¡jamás me dejan seg libree!

-sí, pero... acuérdate que ya una vez te escapaste para ir a la Tierra, Idris, no puedo permitir que eso vuelva a suceder

-¡pedo sólo fue una veeez! ¡¡y ese día fui MUY FELIZ porque volví a ver a mi hermanita, y comí paaan!! Tú sabech cuánto me guchta el panecito de chocolate...

-¡SUFICIENTE IDRIS! ¡¡NO CABE DUDA QUE ERES IDÉNTICO DE GORDO Y COMELÓN QUE TU PADRE!!

-...mmm... no le digas así a mi papi... ¡mi papi es bueno! ¡Y MI MAMI TAMBIÉN!

-¡basta Idris! no pienso discutir contigo

-¿PÓ QUE NOOO?

Tras un profundo suspiro del arcángel –porque eres idéntico a ellos, a ambos, por eso mi amor... ya duérmete pequeño

-pedo... ¡quiedo agüita! ¿puedo salir por ella?

-¡QUE NO NIÑO! ¡ENTIENDE QUE NO PUEDES SALIR DE ESTA HABITACIÓN SI LOS ARCÁNGELES NO ESTAMOS PARA SUPERVISARTE!

-...

-perdón mi amor, no debí gritarte, estás chiquito –acariciando la fría frente del pequeño asustado –te amo, ¿lo sabes verdad?

Idris sólo aceptó el beso del arcángel y tan rápido como ella se apartó de él, el pequeño se giró a un costado para ya no dirijirle la mirada. Abrazó una de sus almohadas y comenzó a sollozar hecho bolita en su camita pues no entendía porque todos los ángeles y arcángeles lo sobreprotegían como si él fuera a hacer algo... ¿malo? quizá los arcángeles se dejaban llevar por el simple hecho de que el niño era producto del vientre del adversario...

Michael apagó las luces y cerró la puerta con llave. Miró a todos los no natos dormidos en sus nubes y se retiró con la mirada baja, pues no había día que el pequeño no se fuera a dormir sin antes haber estado triste hasta derramar sus lágrimas y lastimar sus regordetas mejillitas

Al día siguiente, fue Sandalphon el encargado de ir a despertar al Elegido. Lo bañó, lo vistió y peinó su esponjada melena sin que Idris le dirigiera ni una sola palabra. Él sentía como si algo se removiera en su pancita, un gran presentimiento, como si algo malo estuviera a punto de suceder...

-¡IDIS, IDIS!

-¿aahh? Hola amiguitos

-¿pó qué echtás triste Idis?

-¿yooo? Noo, Idis no triste... ¡Idis feliz!

-no nos convences

-¡mira lo que te preparamos!

-¿eehh? ¿¡QUÉ ES ESO QUE HUELE TAN DELICIOSO!?

-¡es pan, Idris!

-¡es pan, Idris!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Plan Inefable 🍎🌿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora