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|¡Quiere un bebé!|
Acabé de cenar y me levanté de mi sitio.
—¿A dónde vas? —dijo Newt.
—Tengo que hablar con alguien —dije un poco incómoda. Se me hacía raro hacer como si nada después de que Newt me dijera que quería ser padre. Le conté lo que nos dijo la doctora y fue pura casualidad que justo hoy me dijera aquello. Estaba asustada, quería darle a Newt lo que quería. Pero no me sentía preparada.
—Vale —dijo asintiendo—. Bueno, yo voy a la cabaña.
—Muy bien —dije con una sonrisa—. Iré en unos minutos.
Newt se fue hacia donde dijo y yo me dispuse a buscar a la única persona que siempre me daba buenos consejos. Alguien con quien podía hablar de esto.
—¡¿Un bebé?! —dijo Jane con una gran sonrisa.
—¡Sí! ¡Quiere un bebé! —dije alarmada.
—Pero... Pero eso es fantástico —dijo emocionada.
—¿Qué? —dije confundida—. No, bueno sí, no lo sé.
Me senté encima de su cama y me tapé el rostro con las manos mientras apoyaba los codos en mis rodillas.
—¿Cuál es el problema? —dijo sentándose a mi lado. Su tono al hablar cambió, se volvió más serio, sabía que algo me preocupaba.
—Pues... No estoy segura de si estoy preparada —dije jugando con mis manos nerviosa—. Quiero un bebé, pero, no quiero que crezca en estas condiciones. No quiero traer una criatura al mundo sabiendo que puede sufrir como lo hemos hecho nosotros... Me da miedo.
—Cielo —dijo acercándose más a mí—. No te preocupes por eso, ¿vale? CRUEL llegó a su fin. Estamos bien, en un refugio que va viento en popa y hay un montón de niños y parejas que viven aquí. Escucha, no tienes que darle importancia a eso. Si todas las madres pensaran como tú ya nos habríamos extinguido.
—Ya, pero... Es diferente, mi hijo no iría a la escuela. Ni crecería en una casa normal y corriente, no tendría la infancia que quiero para él —dije mordiéndome el labio.
—No puedes pensar así —dijo negando—. A ver, la infancia con la que sueñas para tu hijo no va a existir nunca. Estamos en el mundo que nos ha tocado, Mack. Pero somos una familia, y no hay mejor sitio o lugar en el que pueda crecer un niño como aquí, rodeado de gente que le querrá y le cuidará. El mundo que recuerdas no va a volver, y tienes razón, tu bebé no lo conocerá. Pero tenemos que empezar de nuevo, eso ya lo sabes. Y llegará el momento en el que la mayoría de nosotras seamos madres, tal vez el tuyo es ahora.
