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|Lo más importante, es que nos tenemos los unos a los otros|
—Deberíamos salir del bosque, antes de que se ponga más oscuro —dijo Newt. No pude ver su rostro, pero me imaginé que estaría sonriendo.
—Jo, me quedaría así durante horas —dije escondiendo la cabeza en su pecho.
—Ya veo que me he convertido en tu almohada personal —dijo divertido.
—Es muy cómoda —dije cerrando los ojos.
—Y huele a estiércol y plantas —dijo levantándose mientras yo negaba su afirmación anterior. Me extendió la mano y me levanté empezando a caminar. Newt pasó su brazo por mis hombros y reímos en el viaje de vuelta al Claro. No habían casi Clarianos fuera, así que entramos a la cocina. Todos estaban cenando. Me senté al lado de Minho, seguíamos sin hablarnos. Newt se sentó a mi lado, enfrente de Chuck, Thomas y Alby.
Miré a Minho mientras él me ignoraba.
—Minho... —dije haciendo que me mirara.
—¿Ya me echas de menos verdad? —dijo sonriendo de lado levantando una ceja.
—Solo un poco —dije sonriendo. El chico soltó los cubiertos y me envolvió en un abrazo.
—Oh, que bonito —dijo Alby.
—Calla cara fuco —dijo Minho volviendo a su comida. Sinceramente, nunca habría imaginado a nadie faltándole el respeto a Alby. Pero era Minho.
La cena empezó como algo completamente normal. Cogí mi vaso y lo llené con zumo de naranja. Empecé a beber observando de reojo a Minho que cogía un guisante de su plato.
—¡Hey Chuck! ¡Pilla! —dijo poniéndose el guisante en un agujero de la nariz. Expulsó el aire con fuerza haciendo que la pequeña bola rebotara en la mesa y golpeara fuerte la frente de Chuck.
—¡Gilipullo! —dijo Chuck tocándose la frente. No pude evitar reírme y el zumo de naranja salió por mi nariz. Minho estalló en carcajadas igual que Alby y Newt.
—¡Escuece mucho joder! —dije ahogándome con el maldito zumo. Todos lloraban de la risa, cogí mi servilleta y me moqué con ella.
—¡Tiene los mocos naranjas jajaja! —dijo Minho observando el interior de la servilleta.
—¡Es la pulpa de la naranja idiota! —dije tirándole el pañuelo.
—¡En la cara no! —dijo quitándose el pañuelo dejando a la vista su interior.
—Tommy, ¿estás bien? —dijo Newt riendo mientras miraba a Thomas, su expresión era de asco. El moreno se giró y vomitó en el suelo.
—¡Oh mierda! —dijo Chuck retirándose, de tal manera que cayó al suelo de espaldas; por suerte sin tocar el desperdicio de Thomas. Miré a Newt rojo de la risa, Minho estallaba en carcajadas mientras Alby se limpiaba una lágrima. Thomas seguía con arcadas y Chuck reía en el suelo. La nariz me escocía y todo me olía a naranja. Yo también estallé en risas y no pude evitar llorar. Pasaron unos minutos y todo se calmó. Alby seguía igual de serio, Minho comía tranquilo, Chuck escuchaba lo que Newt le decía mientras me cogía la mano por debajo de la mesa. Y Thomas, bueno, limpiando lo que ensució.
