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|¡¿Qué coño son esas cosas?!|
Miré a mi alrededor, el espacio era grande pero no era capaz de ver nada. Me quedé al lado de Teresa mientras los demás bajaban por el cúmulo de arena hasta llegar a nuestro lado. Winston abrió la mochila que había cogido antes y sacó una linterna. Minho se la quitó e iluminó el lugar para saber más o menos dónde estábamos o si había alguna amenaza.
—¿Dónde coño estamos? —dijo Minho preocupado.
—Tenemos que irnos —dijo Thomas. Sabía que tenía miedo, como todos, pero estaba siendo demasiado impertinente.
—No —dijo Teresa. La entendía, ella no se había enterado de nada.
—Tenemos que seguir —dijo el chico de nuevo.
—¡Thomas basta! —gritó Teresa—. Dime que está pasando.
Thomas se acercó a ella y habló más calmado.
—Es CRUEL, es CRUEL, nos mintieron, nunca nos escapamos. Jane me ha enseñado los cuerpos, eran incontables —dijo Thomas.
—¿Qué dices? —dijo Minho frunciendo el ceño.
—Estaban... Colgados, conectados a unos tubos. Los estaban... Como vaciando. CRUEL quiere algo que está en nuestra sangre. —Fue exactamente lo que Jane me contó—. Debemos alejarnos lo máximo posible de ellos.
—Vale... —dijo Newt mirando a Jane, luego a Chris y luego a Aris—. ¿Y cuál es el plan?
La mirada del rubio se posó en Thomas.
—Porque tendrás un plan, ¿no? —dijo mientras Thomas negaba.
—Yo ahora mismo no —respondió el moreno.
—O sea que te hemos seguido hasta aquí y ahora dices que no tienes ni idea de que vamos a hacer —dijo Newt enfadado.
—Esperad —dijo Jane—. Janson dijo algo sobre la gente que se esconde en las montañas. Una especie de resistencia o ejército.
—El Brazo Derecho —dijo Thomas. No tenía ni idea de lo que estaban diciendo—. El Brazo Derecho, si realmente están contra CRUEL quizá puedan ayudarnos.
—Un momento —dijo Newt—. ¿Buscar gente? ¿En las montañas? Ese es tu plan.
—Nuestra única posibilidad —dijo Thomas.
—Eh, tíos —dijo Winston—. Mirad esto. Minho, la linterna.
Nos acercamos a Winston y vimos lo que señalaba.
—Alguien ha pasado por aquí —dijo Winston.
Minho siguió las huellas y nosotros a él, ya que era el único que llevaba linterna. Caminamos en silencio hasta llegar a una especie de tienda, daba la sensación de estar en un centro comercial. Había una reja donde Minho se asomó para mirar.
