Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
|¿Celoso?|
Abrí delicadamente los ojos, unas largas y grandes luces iluminaron el lugar. Se me acostumbró la vista y vi que no estaba en el Claro.
Me levanté del suelo y miré mi ropa, llevaba un pantalón y una bata, ambos blancos. Miré a mi alrededor, estaba en un pasillo de paredes estrechas... Parecía infinito.
Empecé a caminar, el taconeo de las botas que llevaba retumbaba en el lugar. Cuando llegué al final giré a la derecha. Cuerpos rodeados de sangre tirados en el suelo llenaron el siguiente pasillo.
Eran doctores, científicos, no estoy segura pero vestían como yo. Me acerqué a uno y me agaché delante del hombre. Como esperaba estaba muerto. Observé el cuerpo, tenía algo que le colgaba del cuello. Lo miré detenidamente, era una tarjeta de acceso.
—Jack Hilton... —dije leyendo el nombre—. Científico planta B. Trabajador de C.R.U.E.L.
«Otra vez... ¿Que significa eso?», pensé.
—¿Qué haces aquí? —Una voz proveniente de la otra punta del pasillo hizo que me sobresaltara. Una chica de mi edad con el pelo negro y los ojos azules me miraba horrorizada.
—Hola, ¿sabes dónde estamos? —dije levantándome.
No me contestó y empezó a correr.
—Oye, ¡espera! —dije siguiéndola.
Llegué a otro pasillo y la chica desapareció. Vi una puerta al fondo, corrí hacia ella y la abrí. Grandes pantallas y ordenadores ocupaban la mayor parte de la habitación. En ellas se veían imágenes del Laberinto, hologramas de lo que parecían cerebros y cálculos ilegibles. Una silueta se distinguía entre el ambiente de color azul. Me acerqué a ella sin miedo y le coloqué la mano en el hombro haciendo que se girara. Me topé con el rostro de un chico asustado, moreno con los ojos marrones y numerosos lunares en la cara.
—Mack... —dijo sin aliento.
—Cómo... ¿Cómo sabes mi nombre? —dije alejándome asustada.
Una fuerte sirena empezó a sonar, luces rojas cambiaron el ambiente y un fuerte temblor hizo que me cayera de rodillas. Empecé a ver borroso y sentí la sensación de ahogarme, todo se volvió negro y perdí el conocimiento.
[...]
Desperté con un gran dolor de cabeza, abrí los ojos, enseguida supe que estaba en la enfermería del Claro. Me incorporé y vi a Newt sentado en una silla al lado de la cama en la que estaba tumbada. Parecía estar dormido, intenté levantarme pero el chico se despertó.
—Sí, sí, me acabo de despertar —dije con vergüenza. Hacía mucho que no hablaba con Newt, la última vez estaba muy enfadada con él—. ¿Qué...? ¿Qué ha pasado?
