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|La historia de mi vida|
Escribía hundida en mis pensamientos hasta que alguien llamó a la puerta.
—Adelante —dije sumergida en papel y tinta. Escuché la puerta abrirse y unos pasos en el suelo de la cabaña.
—Hola —dijo Newt acercándose a mí.
—Hola —dije cerrando el libro, me levanté de la silla y miré a Newt.
—¿Qué es eso? —dijo señalando el objeto con la cabeza.
—Es un diario —dije cogiendo de nuevo el libro—. Escribo momentos, sensaciones, recuerdos especiales y los plasmo en papel. Así siempre podré leerlos y tenerlos conmigo.
—Acabas de definir la función de un diario —dijo Newt con gracia. Sonreí al comentario y salímos de la cabaña. El sol se escondía y una suave brisa acariciaba mi rostro. El cielo tenía un tono anaranjado y el horizonte estaba iluminado.
Habían pasado 15 años desde que empezamos con nuestro nuevo hogar. Todos habíamos crecido y progresado, ahora teníamos nuestras propias cabañas, éramos más en número y teníamos montada nuestra pequeña civilización. Las cosas habían cambiado.
Por ejemplo, Chris y Jane dejaron de ser pareja al ver que en el fondo no eran nada más que amigos. Sonya y Aris empezaron a salir y Minho se traía algo con Harriet. Thomas y Brenda también estaban juntos, desde el día en el que decidieron intentarlo veo a Thomas más feliz. Sobre Fritanga... No hay mucho que contar salvo que es parte del comité de la comida, le encanta cocinar para todos, como siempre. Gally y Chris son buscadores, viajan y recogen a supervivientes con ayuda de más gente. Thomas es una especie de líder junto a Vince y los demás hacemos tareas varias.
En cuanto a Newt y a mí...
—¡Mami! —dijo Emily corriendo hacia mí.
—Hola preciosa —dije agachándome para cogerla en brazos.
Efectivamente, éramos padres, y no solo de Emily, esperábamos otro bebé desde hacía 15 semanas. Como dije, las cosas habían cambiado.
Emily tenía cuatro años, y era igual que su padre, sus ojos eran marrones cual avellana y su cabello era ondulado y dorado como un rayo de sol. Estaba llena de bondad, pero a la vez era traviesa y activa. Le encantaba bailar, saltar, correr... Era la niña más valiente que había visto, eso lo había heredado de su madre.
Emily se había vuelto la cosa más importante de mi vida, jamás me planteé tener un hijo o una hija. Pero una cosa llevó a la otra y con la insistencia de Newt me di cuenta de que realmente quería formar una familia. Tal vez somos muy jóvenes para ya estar esperando nuestro segundo hijo. Pero no nos importa.
