32. La llama sagrada de Eldin y la enfermedad del Héroe Elegido

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Luego de que Link dejó de lado sus pasionales pensamientos referentes a su esposa, se dirigió junto con sus compañeras a la aldea de los Gorons.

Los tres viajeros siguieron caminando sobre el mismo terreno rocoso por bastante tiempo, se sentían un poco impacientes por saber hasta dónde tendrían que llegar, pues lo único que veían en el camino eran puras piedras.

- ¡Este mundo es demasiado extraño, solo rocas hay en el camino! – se quejó Minda.

- Yo también me estoy cansando de todo esto, pero no hay otra alternativa que seguir nuestro camino, además no deberías quejarte tanto, pues el único que está caminando aquí soy yo, en cambio, tú vas flotando en el aire. – reclamó Link.

- ¡El hada también está volando y no te quejas de ella! – indicó molesta.

- ¡Oye, esto es parte de mi condición! Es normal que un hada vuele, o que crees que debería hacer, ¿arrastrarme? – refutó Navi.

- ¡Basta! Ya no peleen, por favor. Estoy seguro de que pronto llegaremos a la aldea Goron. – dijo Link, harto de las peleas.

Luego de varios minutos de camino recorrido, Link y compañía llegaron hacia un callejón sin salida, cosa que los decepcionó enormemente.

- ¿Esto es todo? ¿Aquí se acaba el camino? – preguntó Navi.

- ¡Tanto esfuerzo para nada! – se quejó Midna.

- Esperen, yo confío en las palabras de Sheik. Si él dijo que la aldea de los Gorons está cerca, es porque es así. – dijo serio.

- ¿Él? ¿El Sheikah?

- Sí, eso fue lo que dije. ¿Por qué? – preguntó Link a Midna.

- Por... por nada, olvídalo.

Mientras Midna seguía riéndose en sus adentros por la ingenuidad del joven, sobre la identidad de Sheik, este se puso a observar detenidamente el sitio donde se encontraban, pues estaba seguro de que podía haber algo más allá que simples rocas.

- No sé qué tanto buscas, Link, estamos en un callejón sin salida. – indicó Navi.

- Estoy seguro de que este lugar esconde más que eso. – respondió seguro.

Colocó las manos en las rocas para palparlas, pues tenía el presentimiento de que encontraría algo que le ayudaría a llegar hacia los Gorons. Estuvo así por un rato, hasta que sintió que una de las paredes tenía algo distinto a las demás.

- Esta pared rocosa es un poco más frágil que...

El príncipe se calló, pues a su mente vino una nueva, pero a la vez conocida imagen... se veía a sí mismo subiendo en un gran ascensor y encontrándose con unos grandes y extraños seres de estructura maciza, para luego adentrarse a un incandescente sitio... también un montón de viejos y oxidados vagones.

Fue en ese instante que se dio cuenta de que recordó uno de los hechos de sus vidas pasadas, el más reciente que había tenido, donde luchó bajo un cielo cubierto por el ocaso y en compañía de... observó a Midna con detenimiento, pues fue ella quien se le vino a la mente.

- No es la primera vez que veo a esta criatura... – pensó sorprendido.

La Twili tuvo la misma sensación del joven, pero ella no se sorprendió demasiado por aquello, pues era consciente que por ser la reencarnación de la primera Princesa de Crepúsculo era algo normal, además había leído algunas cosas en el diario de su antepasada.

- Veo que Link recién está aprendiendo a afrontar los hechos de sus vidas pasadas. – pensó en sus adentros.

El príncipe decidió restar importancia al asunto de sus recuerdos, pues más importante era cumplir con su misión presente.

Almas unidasWhere stories live. Discover now