26. Destino definido

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Solo era cuestión de días para que Ganondorf realice lo que tanto había esperado, recuperar lo que desde tiempos inmemoriales le había pertenecido, el fragmento del poder de la Trifuerza.

El villano observaba de manera atenta cada detalle del seco terreno desde el balcón de sus aposentos. Regresar al Desierto Gerudo después de años lo satisfacía en sobremanera, pues ese era el lugar en donde reencarnó una vez más para terminar el asunto que en su anterior vida no pudo...

*.*.*.*.*

Las Gerudo fueron una tribu de ladronas del desierto conformada únicamente por mujeres. Se caracterizaban por aborrecer en sobremanera a los hombres, acudiendo a ellos solo con fines reproductivos.

Hubo una época en que las Gerudo estuvieron ausentes del desierto, pues debido a una extraña invasión, donde fueron cubiertas por un ocaso perpetuo, tuvieron que huir del Templo del Espíritu y esconderse en los rincones más refundidos del planeta. Una vez que todo finalizó, regresaron a su lugar de origen, ocupando su templo, de la misma forma que lo hicieron sus futuras descendientes...

...

La reina de las Gerudo, Kaira, vivía con sus súbditos en el Templo del Espíritu. Siempre fue reconocida por ser una mujer prepotente y déspota, y al igual que las de su clan, tenía a los hombres en un nivel inferior a la inmundicia. Era tal su desprecio por ellos que aborrecía enormemente una famosa leyenda de su tribu, donde un joven, proclamado el Héroe del Tiempo, fue el único de su género en ser aceptado como miembro de las Gerudo, solo porque demostró estar en contra del Príncipe de las Tinieblas, que las gobernó en algún momento, para luego pasar a apoderarse de otras tierras por conseguir el sagrado poder de la misma. Kaira, indignada, afirmaba que eso era solo un mito y que los hombres eran los seres más inútiles del mundo.

Llego un momento en el que la reina supo que tenía que concebir una heredera para que la sucediera en el momento de su muerte, así que buscó con quién procrearla, quedando así embarazada.

...

Los meses pasaron, y con ello, llegó el día del nacimiento de la heredera de la reina Kaira. El parto fue sumamente difícil y todas las Gerudo estuvieron a su lado, apoyándola.

Cuando la soberana dio su último esfuerzo, se escuchó un fuerte llanto, indicando que una nueva vida había llegado al mundo. Sin embargo, Kaira quedó muy débil debido al esfuerzo, pues había perdido mucha sangre y quienes la estaban atendiendo se dieron cuenta de que no quedaba nada que hacer por ella.

Kaira pidió que le entreguen a su hija para verla por última vez, pero las Gerudo estaban enmudecidas observando al pequeño bulto en sus brazos, parecían terriblemente impactadas a lo que tenían frente a sus ojos.

La reina no entendía lo que estaba pasando, así que exigió que le pasen a la niña, pensando que podía haber nacido con algún problema, pero una vez que la tomó, la revisó, y en ese momento comprendió todo.

No era una niña la que tenía en sus brazos, sino un varón.

Kaira recordó otra antigua creencia que se dio en su tribu siglos atrás, donde cada cien años nacía un hombre entre las Gerudo, y este pasaría a ser el gobernante de las mismas.

Lo extraño para la reina es que la leyenda ya tenía miles de años de antigüedad, es decir, que el último varón había llegado a ellas en ese mismo tiempo; por esa razón creyó que se trataba de un simple mito, pues ninguna de sus antepasadas de siglos anteriores había traído a un niño al mundo, y de repente, ella concibe a uno que nació mucho tiempo después de lo que establece tal creencia.

Almas unidasWhere stories live. Discover now