—¡Me duele! ¡Me haces daño! —aprieta la mano que se encuentra al rededor de mi cuello y comienza a faltarme el aire.

—Eres una zorra, estás embarazada, observa como lo pierdes, no mereces tener ese bebé, me traicionaste Alisson, yo te amaba, pero tienes que morir, no aguanto este dolor. —mi corazón sé quiebra antes sus palabras y jadeo del dolor, voy a morir.

Se escucha como tumban la puerta pero él no se detiene. Vuelvo a respirar con facilidad y soy liberada, todo a mi al rededor es bullicio, observo mi entrepierna y encuentro sangre.

Cierro mis ojos sintiéndome completamente cansada, cuando alguien me toma en brazos.

(...)
20 de Marzo de 2020

Mi cuerpo se siente pesado, intento moverme pero solo logro que duela. Abro mis ojos alarmada, estos arden por lo que intento acostumbrarlos a la luz. Cuando lo logro visualizo una habitación de hospital y el olor a medicamentos me lo confirma.
Escucha la máquina de pulsaciones, mis latidos son acelerados y mi respiración es totalmente irregular.

—¡Mamá! —el grito sale por si solo de mi garganta, tengo mucho miedo.

Veo cómo entran algunos médicos a la habitación alarmados, intentan acercarse pero no se los permito.

—¡Aléjense! ¡No me toquen! ¡Van a hacerme daño! ¡No quiero que me toquen! —las lágrimas recorren mi rostros y tiemblo del miedo.

—¡Es mi jodida novia! —visualizó una voz conocida pero no puedo saber quien es—¡Joder, déjenme pasar! —por la puerta entra un agitado pelinegro, intenta acercarse pero me encojo en mi sitio presa del miedo.

—¡No te acerques, no me toques! ¿Quién eres? —mi voz sale en un pequeño susurro, su rostro se descompone y las lágrimas caen por el mío—¿Qué hago aquí? ¿Vienes a hacerme daño? —él chico desconocido abre su boca pero no sale nada de ella.

  Los médicos se acercan de nuevo pero comienzo a forcejear, no quiero que me toquen, me duele, sus ojos claros me observan desde la habitación, puedo verlo roto. Mi corazón se acelera pero no puedo decir sus nombres a pesar de que lo tenga tan grabado en mi.

Recuesto mi cabeza en su pecho y sus largos dedos acarician el contorno de mi rostro.

—¿Ya te he dicho que te amo? —sus ojos brillan y yo tomo una actitud pensativa—Eres la única rubia que voy a amar toda mi vida. —mi corazón late con fuerza.

—Mm, creo que no lo has hecho. —su profunda risa logra que sonría—Te amo Asher. —toma mi rostro entre sus manos y me besa, ambos sonreímos en mitad del beso.

—¡Asher! —el nombre se escapa de mis labios, sus ojos se cristalizan—¡Asher, amor! —el pelinegro reacciona y hace a un lado a los médicos, toma mi rostro entre sus manos como suele hacerlo.

—Maldición rubia, sentí mi mundo romperse por unos minutos. —lo abrazo a pesar del dolor en mi cuerpo.

—Eres real, puedo tocarte. —mi voz es ahogada por los sollozos, siento sus lágrimas en mi hombro—¿Qué ha sucedido? ¿Cómo llegué aquí? —recuerdo todo mi sufrimiento en esa mansión de infierno, mi piel se eriza, de solo pensarlo—Me harán daño, él nos hará daño a nosotros, no puedo volver a permitirlo, tenemos que encontrarlo. —su mirada esta llena de tristeza.

¡Maldita sea, te amo!  © (Duología Amor #1)  [Nueva versión]Where stories live. Discover now