30.Tiempo

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"Estamos hechos de aquellos que nos han construido y luego nos han roto"-Anónimo.

30. Tiempo
Estados Unidos, California
13 de Noviembre de 2019
Alisson

  Habíamos pasado unas cuantas horas hablando de la vida, de lo que queríamos a futuro y tuve el hermoso agrado de conocer a Clemence, Clemence Berlusconi una hermosa pelirroja de unos grandes ojos color zafiro, sonrisa brillante, corazón en mano y un sensual acento italiano.

  Resulta que hace ya varios años viajo aquí para poder vivir, dejando atrás ese mundo que la atormento, dejando atrás a sus "amigos", dejando su anterior vida, pero con el paso del tiempo al viviendo aquí solo con sus padres, los cuales son bastante conocidos en cuanto empresas, y no ser completamente aceptada en el instituto, se hundió, cayendo en al anorexia, la pulsera de ella era del mismo tono que la de Emma.

  Hablando de la última, tenemos a una espléndida argentina, su nombre completo era Emma Martínez, aunque prefiere solo Em, de estatura es bastante pequeña, mide un metro cincuenta, tiene al igual que Clemence y yo unos bellos diecisiete años.

  No voy a negar que siempre quise conocer una persona latinoamérica, su carácter tímido y reservado hacen un gran contraste con su efusividad la cual utiliza para manejarse en la vida, a la hora de hablar sobre lo personal toda energía desaparece.
Una vida un tanto difícil, vive aquí con su tía, son solo ellas dos, sin más familiares, los demás fueron asesinados en una junta un tanto turbia. Su tía es su tesoro más preciado y eso lo repetiría siempre.

  Amabas sufrieron engaños, por diferentes personas, es por ello que nos complementamos, también el hecho de que Emma y yo somos bastante bajas de estatura, a diferencia de Clem tenía su buen metro sesenta y cinco. Realmente al lado de Theo, Thomas y Carter éramos unos pequeños enanos de jardín, aquellos miden como una jirafa, pero sus metro ochenta y noventa era algo que no se dejaba pasar.

—¿Tú que piensas Al? —las observo con una mueca porque sinceramente no había estado escuchando nada lo que me decían—No oíste nada, ¿Verdad? —les sonrió en forma de disculpa y mis mejillas toman un color rojizo.

  Emma decidió hacerme un pequeño resumen al que esta vez si le preste atención.

—En fin, decíamos  de sentarnos las tres juntas en la cafetería. —asiento y les sonrío—Pero.... —alarga la palabra—Primero nos debes contar ¿Tienes novio, amigos, algo? —Mis ojos se abren como platos y pienso automáticamente en Theo—Te brillan los ojos, desembucha —ríe emocionada Em y aplaude tal como una foca.

—No, no tengo novio —me excuso, es que realmente no lo éramos.

—Oh claro y yo soy rubia. —mi mano para en mi pecho, junto a eso agregó una falsa cara ofendida, ya que uso con ironía mi color de cabello—No, no lo decía por ti. —niega con su cabeza energéticamente haciendo que ría—Entonces, ¿Tienes novio? —vuelve a insistir.

  Se escucha la risa de Clemence, está ya conocía a la pelinegra de antes y por lo visto a su curiosidad.

—No tengo novio, en serio les digo.

  La historia queda en el aire, porque entra la enfermera avisándonos que debíamos ir a la cafetería a cenar.

Cuando ya nos encontrábamos en el pasillo, Emma se gira—Salvada por la enfermera. —rio con nostalgia al recordar a Ely diciendo lo mismo en el pasillo del instituto, cuanto la extraño a aquella loca, Emma se me cuelga de mi  brazo, mientras que Clemence ríe y nos acompaña a nuestro lado.

  Después de todo, ¿Qué podría salir mal aquí dentro?

(...)
20 de Noviembre de 2019.

  Maldita sea, estaba cansada, quería dormir diez siglos más, solo había pasado una semana, a todo se le acumulaba el hecho de que en seis días era el cumpleaños número dieciocho de Theo.
Me negaba a levantarme a las seis de la mañana para empezar la rutina que venía haciendo hacia una jodida semana.

  El tiempo se estaba pasando jodidamente lento aquí dentro.

  La rutina consistía en levantarme, bañarme, ropa cómoda, desayuno, tiempo de óseo, psiquiatra y terapeuta, almuerzo, médicos y sus chequeos de rutina, peso, toxinas y recuperación, siesta, estar con mis nuevas compañeras, un aperitivo como una manzana, estudio porque no habían terminado las clases, una merienda, escribir cartas a mis amigos que por ende no puedo mandar, clases de pintura y psicoterapia, cena y por último pero no menos importante, volver a la cama.

  Estoy encerrada, no hay espejos en ningún lugar del recinto, los vidrios no muestra reflejos, esta todo calculado, realmente me picaba la vena de verme en un maldito reflejo.

  Y si, notablemente se podían ver los cambios, mis brazos empezaban a tomar forma, mis piernas también.

  Si bien tengo más trasero y mis pechos crecieron a un tamaño más considerable,  seguía baja en peso y eso me lo dijeron los médicos ayer por la mañana. Como mejora, ya no padezco tanto el frío, eso era por las calorías que empezaban a volver a mi cuerpo y que las heridas de mi brazo habían sanado mucho más rápido por la buena alimentación. También que mi ciclo menstrual estaba en sus intentos de volver a la normalidad, sinceramente yo pensaba que era irregular pero por lo visto y según mis médicos no.

  Solo había pasado una semana, solo una y lo que más me atormentaba es que no podía ir a aquellas nacionales de ballet que tanto anisaba, pero mi psicóloga,Dulce, me aconsejo que no deje mi sueño de ser profesional.

  Así que al salir de aquí haría mis audiciones para las diferentes academias de danza, entre ellas la de Reino Unido o Francia;  Si quería ser feliz y plena debía cumplir mis sueños o mis metas, ponerme un objetivo a corto y largo plazo era principal.

  Theo pasó por mi cabeza todos los días, extrañaba sus  sonrisas ladinas y su mirada confusa cuando algo no salía como él quisiese, sus ojos penetrantes y su apacible pensar. Extrañaba su voz, su forma de ser indiferente, el hecho de que no estuviese para molestarme por mi color de cabello.

  Extrañaba muchísimo a ese chico. Me había acostumbrado a su ruidosa presencia.

  Mis pensamientos se vieron interrumpidos porque azotaron la puerta de mi habitación, allí se veía una  muy, pero muy agitada Emma con una sonrisa nerviosa.

—Oye Em, ¿Te encuentras bien? -me levante de la cama y fui acercándome preocupada, pero su pequeña mano detuvo mi camino.

—Me encuentro perfecta, solo venia a decirte que es sábado por lo tanto hoy es noche de pijamada, por lo que seremos Clemence, tú y yo. —soltó rápidamente y mi expresión de confusión creció—A las seis en mi habitación, 350 —antes de que siga hablando la interrumpí.

—Soy nueva Em, no creo que me dejen salir, sabes que no tengo privilegios como ustedes —la observe apenada.

—Oh claro, si me ves así es porque vengo de la dirección, ¡Me dejaron que vengas! —ella realmente lo exclama con mucha alegría—Y bueno corrí, el deporte no es lo mío Aly —me río de su cara de cansancio y de lo dramática que es.

—Bien a las seis estoy allí, piso 3 ¿cierto?

—Exacto mi capitana. —sin más que decir Emma se retira y cierra la puerta—Oh espera, hoy no te salvas, quiero saber quién es el chico —así como volvió a aparecer, desapareció.

  Ella está verdaderamente loca pero es una de las mejores cosas que me pudo suceder. Emma es una persona muy fuerte, creo que es un ejemplo de fuerza y amor

  La vida le había dado mil golpes, pero allí seguía, de pie, luchando y como me dijo "Esperando que el amor la encuentre y que sea correspondida"
Ella iba a ser recompensada de la manera más hermosa de eso estaba segura. Emma se estaba ganando un gran lugar en mi vida y es una de mis grandes nuevas admiraciones como se levanta y lucha, lucha por vivir.


Amo a Emma, ella junto con Ely, Clemence y Al, son mis personajes favoritos.

Espero que lo disfruten.
Voten y cuídense.

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FN.

¡Maldita sea, te amo!  © (Duología Amor #1)  [Nueva versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora