¡Maldita sea, te amo! © (Duología Amor #1) [Nueva versión]

3. Secretos

"Dicen que en la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable"-Anónimo.

3. Secretos
Estados Unidos, California.
10 de septiembre de 2019
Alisson

  Me sacudo en la silla fastidiada, me dolía el cuerpo de estar sentada, las lágrimas ya no salían y gritar no servía de nada.

  Jesse se había encargado de decirle a mis padres que me quedaría a cenar en su casa, en la cual, para mi mala suerte, no había nadie que me ayudara a salir.

—Alisson, si solo me oyeras sería más agradable para ambos—me dice mientras me observa con un brillo extraño en sus ojos—. Preciosa, deja de sacudirte, no podrás escapar—lo ignoro y continuo removiendome impaciente—. Hablaremos de Theo, ¿Te parece?—alzo mi ceja, estaba loco.

  »—Entiendo que te guste, pero no es el indicado, ¿Te contó lo que le sucedió en su anterior instituto?—niego, él quería respuestas a mis preguntas—. Tampoco sabías que habíamos sido mejores amigos, ¿Ves de lo que hablo?—lo observo, esta tan tranquilo.

  ¿Cómo mierda puedes estar tranquilo mientras mantienes a una persona atada y contra su voluntad en un lugar? La respuesta era estar loco.

—Nuestra mejor amiga murió, por culpa suya—abro mis ojos asustada—. Sé suicido porque jugó con ella, la utilizo y no lo soporto, no soporto ser su muñeca de trapo—mis ojos arden intentando expulsar lágrimas—. Se llamaba Mia, murió en 2015, pero a él no le importó y continuó usando a chicas como tú—la duda se instala en mi, ¿Cómo podría yo creerle a él?

  Se acerca, retira la cinta que se encontraba hace horas en mi boca, suspiró aliviada.

—Entiendo que no me vayas a creer, pero necesitabas saberlo—hago una mueca—. Yo...

  No lo dejo que continúe hablando ya que hablo para callarlo. Por dentro estaba conteniendo la risa irónica, todo tiene que ser una una bendita broma.

—Escúchame bien, estás loco, muy loco—respiro hondo al ver sus ojos oscurecerse—. No sé que es lo que pensabas al hacer todo esto, no tiene sentido, no lo tiene—vuelvo a removerme, me dolían mis muñecas—. Suéltame, déjame ir a mi casa, suéltame Jesse—él comienza a reír y me encojo en mi lugar.

—Aly eres hermosa pero no lo entiendes—se acerca a mi peligrosamente, nuestros labios se rozan—. Me gustas desde hace mucho tiempo y no puedo permitirme que Theo me quite lo que quiero—me tenso al ver como toma mi rostro entre sus manos—. Y yo te conozco más que nadie, se quien realmente eres por dentro, se lo inocente que eres—las lágrimas continúan cayendo por mis mejillas—. Serás mi novia, es la única manera de impedir que Theo se te acerque y de tenerte a mi lado—continua sonriendo causándome escalofríos—. Te voy a respetar siempre Alisson, si algún día te das cuenta y ves que mi amor por ti es sincero, aquí voy a estar—me tomo del rostro, quise alejarme pero no me lo permitió—. Ahora me perteneces bonita—sus labios cubren los míos y siento que voy a vomitar mi almuerzo.

—Yo no...—me callo, comienzo a meditarlo unos segundos—. Esta bien, seremos novios—él me observa sorprendido.

  Si no puedes escapar del villano únete a él.

—Me hace muy feliz que lo aceptes con madurez Al—me reservo mis comentarios, no debía provocarlo.

—Te haré feliz Jesse—la sonrisa me flaquea pero me mantengo firme, no tenía escape, debía ganarme su confianza para librarme de él.

—Te soltare, pero tu te mantendrás tranquila—asiento, se acerca hacia mi espalda para desatar mis muñecas de las sogas—. No hagas movimientos en falso Alisson, sabes que las consecuencias no sólo las pagarás tú, si no tu familia también—inhalo ordenando relajarme.

—Lo se—es mi respuesta, una vez liberada logró tronar mi cuerpo.

  Intento levantarme pero él no me lo permite ya que me empuja hacia él estampado sus labios sobre los míos nuevamente, mentalmente me obligó a seguirle el beso mezclando nuestras respiraciones y convirtiéndolo en uno suave y lento ,como si no hubiera ninguna prisa por acabarlo, pero agradezco cuando lo hace, debería acostumbrarme a que su boca esté sobre la mía.

  Me di cuenta de lo que realmente estaba sucediendo, me había besado con un obsesivo. Realmente tenía la esperanza en mi de qué sea una broma, demasiado ilusa que soy.

—Gracias por todo Alisson—dijo con una sonrisa que me causó escalofríos, era tan tétrico, pero nunca más que él, nunca lo sería.

  No le conteste, tomo mi mano llevándome hacia su coche, en el camino continué callada, sumida en mis pensamientos.
Al llegar a mi casa mis padres no notaron mis muñecas ya que se encontraban durmiendo, las cuales mañana se pondrían moradas, no comí, había algo dentro de mi advirtiéndome que se  avecinaban cosas mucho peores.

***
11 de septiembre de 2019

  Me desperté adolorida, mi cuerpo se sentía sumamente pesado, no había logrado conciliar el sueño. Estaba aterrada.
En la madrugada cuando Jesse me dejó aquí me aviso que pasaría por mi en la mañana para ir al instituto, debo hacerlo, no es solo por mi, es por mi familia.

  Aquello se mantenía constantemente en mi mente, no llegaba a los dieciocho años y debía tomar la decisión de cuidar a mi familia sobre mi. Me estaba consumiendo y siquiera había pasado un día.

—No lo haces por ti, lo haces por ellos—me susurro a mi misma sintiendo como todo se quiebra a mi al rededor—. Lo haces por ellos recuérdalo Alisson.

  Abro el grifo de la ducha y me meto bajo ella una vez que me despoje de mi ropa, el agua cae por mi cuerpo y me sumerjo en mis recuerdos.

—Pequeña—pasa la navaja sin presionar por mi cuello, suspiro temblorosa.

—Prometiste no volver a hacerme daño—le digo buscando que reaccione.

—Eres tan ingenua pequeña y eso es lo que amo de ti—toma mi rostro bruscamente—. Oh no, ¿Por qué lloras mi niña?—quiero gritarle que me está lastimando pero sabía que aquello sería peor—. No queda mucho del verano preciosa, nos iremos juntos de aquí.

Mis ojos viajan a la tobillera electrónica, su castigo. Subo mi vista hasta su rostro, mi pesadilla.

  Abro mis ojos sobresaltada, la respiración comienza a fallarme, mi mano temblorosa abre el grifo del agua fría dejando que pueda volver a inhalar y exhalar con normalidad. Mi pesadilla.

  Salgo de la ducha luego de lavarme mi cabello y cuerpo con rapidez, tomo unos jeans oscuros, una camiseta y una sudadera negra simple. En mis pies coloco mis tenis, me aseguro que las marcas en mis muñecas, ya moradas, no se noten y suspirando salgo de la habitación.

  Cuando llego al piso de abajo, tomo un peine y me deshago del desorden en mi cabello, mamá pasa por detrás mía y sonríe, me obligo a devolverle la sonrisa. A gritos deseo pedir ayuda.

No lo haces por ti, lo haces por ellos. La molesta vocecilla en mi cabeza me recuerda la razón por la cual no tiro todo por la borda, esto recién empieza, es solo el maldito comienzo.

Bien, capituló 3 listo.
¿Lo están disfrutando? RECIÉN COMIENZA.

Tantas dudas, tantas cosas que quiero decir y me contengo, en nada subo el cuarto capituló.

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FN.