29.Arriesgar

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"¿Qué tan fuerte son nuestros sentimientos? ¿Cuánto estás dispuesto a sufrir por amor? ¿Sufrir es amor? Tantas preguntas y una sola persona en esta vida nos responderá..."- Elizabeth Ross ("Maldita sea, Te amo")

29. Arriesgar
Estados Unidos, California.
13 de Noviembre 2019
Theo

Me quede mudo, no podía creer lo que veía, sin dudarlo le devuelvo el abrazo sorprendido.

  Se escuchó un carraspeo y esa fue mi señal para sepárame, me giré hacia la dueña que generó aquel sonido encontrándome con Elizabeth y una sonrisa más forzada y falsa que alguna vez le podrías haber visto.

—Carter Weekes. —exclamó sorprendida Mía—¡Wow! pero que cambiado estás. —habla con una sonrisa, el sentimiento de nostalgia me invadió y sonreí de lado feliz de verla frente a mi, viva, parece algún tipo de realidad alterna.

—Hola, Soy Elizabeth Ross, mejor amiga de Theo, —exclama con su voz forzada en amabilidad y tomada fuertemente de la mano con su novio— y ¿Tú eres...? —pregunta ignorando el hecho de que sabe quien es.

—Mia Queen, —ella se gira para mirarme con una sonrisa—compañera de vida de este bobo. —mi sonrisa se ensancha y ella me besa la mejilla, un extraño sentimiento me invade, la abrazo por los hombros como lo hacía antes de que falleciera o desaparezca, ya no sabía a este punto.

—Un gusto Mia. —sus ojos no irradian más que asco y me mira intensamente—Me encanta la idea de que sean compañeros de vida. —esas palabras salieron como veneno de su boca, la observo sin comprender el porqué de sus acciones—Yo ya me iba, —me aclara, observa a su novio—Si quieres quédate, yo no puedo estar aquí —habla sin más para salir por la puerta hecha una furia, golpeando mi hombro al paso.

  Thomas quedó varado allí sin entender absolutamente nada, me miro extrañado y miro mi brazo el cual rodeaba los hombros de Mia.

—¿Cómo te llamas? —preguntó Mia de forma dulce a Thomas.

—Thomas O'Donell. —suelta frío, sus facciones estaban rígidas, él me mira—Voy por ella, ya sabrás tú que hacer —sin más desparece por la puerta.

Y quedamos nosotros tres, Carter fingiendo una sonrisa, Mia aferrada a mi brazo y yo con mil preguntas en mi cabeza.

—Mia. —siento que ya dije su nombre muchas veces en un mismo día, ella me observa y yo la guío a la sala, Carter se sienta en uno de los sofás y la analiza, nunca le agrado, siempre fue muy sincero conmigo, en más de una ocasión me lo había dejado saber.

  Ambos nos sentamos en el sofá más grande y ella se sienta en mis piernas, como cuando éramos más chicos, no era una acción que me incomodara, Carter rodó los ojos con fastidio.

—Te extrañe —susurra cerca de mi rostro, una sonrisa se planta en mis labios y la abrazo.

—¿Cómo es que estás viva? —sus orbes azules me miran fijamente, mechones de su castaño cabello caían como cascada en su rostro, tenía su diminuta nariz roja y sus mejillas de igual manera.

—Sabes como es Jesse, él no me iba dejar vivir, entonces luego de lo que pasó, hable con mi madre y ella decidido que lo mejor era que para poder escapar me den por muerta. —mis ojos la observan intrigado mientras ella acaricia mi cabello—Lo hicimos, nos fuimos, no sabes lo que me hubiese gustado despedirme y explicarte pero cuantas más personas supiesen, más corría el riesgo que él se enterara —sus caricias se detienen y toma mi rostro entre sus manos, deja un beso en mi coronilla y se separa.

—Bien me voy. —dice Carter, sus ojos eran de pura molestia—Cuídate —fue lo último que gritó antes de salir por la puerta, cerrando esta de un portazo.

  Quedamos solos y una sonrisa traviesa se asomó por sus labios. Se sentó a horcajadas tomándome por sorpresa y quede duro como una estatua.

  Lentamente se fue acercando a mi rostro y cuando sus labios hicieron contacto con los míos cerré los ojos, fueron segundos en los cuales seguí el beso pero la imagen de Alisson hizo presencia en mi cabeza y me alejé.

  La senté en el sillón y me levanté, respiré hondo, Elizabeth va a matarme.

—¿Por que me alejaste? —se acerca a donde estoy, no era tan baja como Alisson, ella podía solo subir su cabeza y encontrase con mi rostro, en cambio Alisson debía ponerse de puntillas de pie y yo agacharme—¿Acaso ya no sientes nada por mi? —Sus labios se dirigieron al lóbulo de mi oreja—Theo se que causó un efecto en ti —su aliento choca con mi cuello haciéndome erizar la piel, estas sensaciones no las experimentaba desde que termine con Katherine o desde que mi relación sexual con Alisson se terminó en el verano.

Sus manos se dirigieron a mi cuello y fueron subiendo hasta parar en mi cabello, suelto un suspiro—Mia detente —su cuerpo se pegó al mío, succiono y mordió mi cuello con fuerza haciéndome soltar un jadeo, eso me dejaría alguna marca, esto se estaba yendo de mis manos porque estaba comenzado a encender algo que había apagado—No Mia, detente. —mis palabras siguieron sin ser oídas, en un rápido movimiento su espalda estaba contra la pared de la sala, sus manos pasando su cabeza y mi cuerpo pegado al suyo, su respiración se tornó pesada y dirigió sus labios a mi cuello nuevamente, soltó una de sus manos y la pasó con ímpetu sobre mi abdomen, tenía que alejarme antes de que fuera a mayores.

—No me digas que no querías que nos reencontramos de esta manera. —sus ojos se tornan más oscuros, su mano va bajando a mi entrepierna, me mira con deseo, estuve a punto de ceder si no fuera porque nuevamente Alisson apareció en mi cabeza, suelto un jadeo cuando su mano termina completamente en mi bulto.

Me alejo pero mantengo su mano en la pared—En otro momento me hubiese encantado, pero no puedo, estoy con alguien. —mis latidos se aceleran de solo pensarnos a Alisson y a mi en esta posición, simplemente sería un gloria—Y la quiero, la quiero demasiado —las palabras se escapan de mis labios.

Ella rueda los ojos y se aleja—Bien, ¿Amigos? —su cambio repentino de actitud me sorprende—Si no te puedo tener de esta manera que sea como amigos—asiento y ella me sonríe—Tengo que irme.

  La acompaño hasta la entrada y dejo que ella se despida con un fugaz beso en la comisura de mis labios, se va dejándome varado en la puerta.

  Camino con destino a subir al primer piso, tomó dirección a las escaleras con pesadez, entro a mi habitación, cierro la puerta.

  Me siento en mi cama, pero ¿qué mierda acaba de pasar? me lo pregunto a mi mismo, mis ideas son un lío, decido tomar una siesta, debía relajarme urgentemente.

  No dormir me había hecho efecto, sólo faltaron dos segundos para que me quedara dormido arriba de mi cama.




Vamos entrando a la mitad.
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¡Maldita sea, te amo!  © (Duología Amor #1)  [Nueva versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora