6.Confianza

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"¿Qué tan difícil es confiar en alguien?"-Anónimo

6.Confianza
Estados Unidos, California.
2 de octubre de 2019
Alisson

  Comenzamos a caminar escaleras arriba, llevaba al menos unos cincuenta escalones y comencé a sentir mi cuerpo debilitarse. Veo cómo Theo detiene su paso para acercarse a mi.
Faltaban al rededor de unos treinta escalones más, por lo que él tomó la decisión de cargarme en su espalda, una decisión a la cual me negué a aceptar con rapidez.

—Estás loco Theo, peso demasiado, descansemos y continuamos nuestro camino —le digo mientras me abrazo a mi misma para entrar en calor.

—No dejare que camines en ese estado, estás deplorable —alzo mi ceja—. En el buen sentido de la palabra, claramente—ruedo mis ojos.

—No tienes remedio, lo estupido no te lo quitan ni los golpes —me mira con sus ojos entrecerrados.

  Comienzo a temblar del frío, el no duda en quitarse su chaqueta del equipo de lacrosse para ponerla sobre mis hombros.

—Tendrás frío tu, solo llevas una sudadera y estamos en otoño, por más que no nieve aquí la temperatura está demasiado baja. —parece ignorar lo que le digo.

—Abre tus brazos, te pondré la chaqueta nena —ruedo mis ojos pero hago lo que me pide, ya que mi cuerpo volvió a encontrar en calor—. Ahora subirás a mi espalda y llegaremos a arriba —abro mi boca para objetar pero me calla levantando su mando—. No quiero escuchar una queja mas salir de esos labios hermosos que tienes, sube q mi espalda —bufando hago lo que me pide.

  Me acomodo en su espalda y comienza a subir los escalones, mi pelo rubio caía a los costados de su cuello causándole cosquillas y logrando que haga caras muy extrañas, algo que me roba unas cuantas risas.

—Tu especialidad es molestarme al parece —le saco la lengua cuando mis pies están nuevamente en la tierra.

  Camino hasta la baranda del mirador y admiro la hermosa vista de California de noche.

—Es pacífico —le digo a Theo, él nombrado se recuesta en la baranda mirando hacia la misma dirección que yo.

—Mi chaqueta te queda bien —mis mejillas se sonrojan ante su comentario—. Me preocupa lo mucho que has adelgazado nena, —cierro mis ojos, lo que él decía era cierto—tienes un físico precioso, pero realmente estás mucho más delgada que a principios de año. —realmente no se equivocaba.

—Podríamos sumarle las ojeras, ¿No crees? —le digo agregándole un poco de humor a la charla seria que él quería tener conmigo.

—Solo prométeme que si algo sale mal o tu te encuentras mal y no me entero, me lo dirás —abro mis ojos y observo los suyos grises.

  Quite mi vista de la suya y nos quedemos ambos en silencio, uno bastante largo. Las lágrimas comenzaron a salir por sí solas de mis ojos. Al darme cuenta de que él me observaba las limpié con rapidez y me acerqué hasta que nuestros hombros se rozaban, suspiré antes de volver a hablar.

—Theo, creo que comienzo a pensar que tu también conoces aquella sensación de encontrase asfixiado por las cosas que no puedes decir —hablo con cautela.

¡Maldita sea, te amo!  © (Duología Amor #1)  [Nueva versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora