1. Soy nuevo

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Me encontraba en un bar, es raro, de los dos bares a los cuales había entrado (en verdad solo había entrado a uno en mi vida, y casi no vivo para contarlo), este no se parecía a ninguno, todo se veía borroso, como si todo avanzara muy rápido como para que mis ojos pudiesen enfocar bien mí alrededor. Hasta que mi vista se quedó plasmada en una pareja que se encontraba sentada en un sofá de cuero negro. Todo a mi alrededor parecía no existir, o al menos moverse muy rápido para verlo bien, solo podía enfocarme en la pareja. El chico de unos 20 años de edad, sostenía a la chica en sus piernas mientras que con una mano la tomaba de la cintura, y le hablaba al odio, con la otra sostenía un vaso de licor.

No podía distinguir bien a la chica, hasta que me di cuenta, era ella, mi hermana, riendo y coqueteándole a ese chico. Nada fuera de lo normal, Carolina, era una chica súper linda, que para sus 18 años recién cumplidos, poseía buenos atributos. Pero, lo raro comenzó ahí. En un abrir y cerrar de ojos, la escena cambio drásticamente.

El bar había dado paso a una habitación revestida de un color rojo pasión, y mi hermana, ya no se encontraba sobre las piernas de un chico en un sofá, sino que, con sus piernas, entrecruzadas a las de un chico, mientras se besaban, sobre una cama. ¡En ropa interior! ¿Pero qué demonios es esto? Mi respiración de desesperación empezó a acelerarse cuando el chico le desabrocho el brasier y... ¡CORTE!

¿Por qué estoy soñando esto? Este no son mis típicos sueños en un país muy muy lejano. Los sueños deberían ser lindos, y esto ¡Claramente no es lindo! De un momento a otro, todo se volvió negro, no había nada, solo oscuridad.

Una melodía comenzó a sonar, haciendo que la oscuridad se desvaneciera, mientras intentaba abrí los ojos, al menos hasta la mitad, con tal de poder girar mi cabeza para visualizar y encontrar mi celular. En la mira, vi como este vibraba e iluminaba su pantalla, indicando que si no despertaba, llegaría tarde. Lo tome y apague la alarma.

—¡Agh! —gruñí, girando en mí mismo, para hundir nuevamente mi cabeza en la almohada —¿Por qué Sexy And I know it tiene que ser una canción tan cool, pero tan molesta cuando la tienes de alarma? —me envolví en mi cobertor y deje que mi ser conciliara el sueño, nuevamente.

Levántate, si no lo haces te quedaras dormido, y volverás a soñar con tu hermana.

—Dormir no tiene nada de malo, además, una pesadilla más, qué más da, estoy durmiendo—dije mientras recogía aún más mi cuerpo para lograr una temperatura más cálida en mi ser —además, aún es temprano.

Kevin, las vacaciones se acabaron.

—Sí, pero qué más da, la cosa es dormir. Que se jodan mis profesores nuevos, mis compañeros nuevos, que se joda el conserje, y la directora.

Yo mismo me había evitado el dormir agradablemente, pues para cuando me di cuenta, estaba peleando conmigo mismo, y mi hermana estaba tocando la puerta, como yo necesito pasar al baño por ciertas... emergencias.

—Hermanito, ¿estas despierto? —la dulce e irritable voz matutina de Carolina me despertó definitivamente, y no es que sea mal hermano, solo que cuando ocupa el término "Hermanito" suena un poco hueca, y en verdad, eso me estresa de la gente, pero por ser mi hermana lo soporto.

—Ahora creo que sí —abrí los ojos lentamente, pero no abandone la cómoda postura que había logrado.

—Necesito que te dejes caer de la cama, ¿o quieres llegar tarde a tu primer día en Crawfield High?

—Entre ir a una escuela nueva, con gente que no conozco, que probablemente odiaré, que es un lugar en donde no tengo amigos, ni poseo nada que me motive a ir, y que estaré propenso a quedarme dormido en un pupitre... —levante la cabeza lo suficiente para modular bien, pero nuevamente sin dejar mi lugar de confort —, prefiero dormir, y por mil años, en mi cómoda y cálida cama.

Soy hermano de una zorra | Troublemakers [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora