22. Si hay fiesta, hay Troubles.

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—No puede ser —dije dándome vuelta para encontrar a Alex intentando sacarle la camiseta húmeda a Catalina, y a esta impidiéndoselo.

—¿Qué sucede? —pregunto Alex dejando de intentar el dejar a Catalina solo en brasier.

—Es Carolina —dijo Nicolás a mi lado, mientras yo me cruzaba de brazos y suspiraba profundo.

—Por el Ángel —protesto Catalina—, cuando podremos tener una fiesta tranquila.

—Cuando Carolina no se meta con todos, y en especial con alguien como él —dijo Alex—, tenemos que trabajar Troubles —sonó como un verdadero líder.

—¿Qué tienes en mente, Alex? —lo miré serio.

—Ya, lo verás, por el momento hay que salir de acá, veo a Javiera un poco estresada con esa pareja que baila detrás de ella.

—Sí, el chico está fregando demasiado su trasera contra el mío —dijo cerrando los ojos deseando no estar ahí.

Dicho esto, Alex la tomo del brazo y salimos por el lado derecho de la casa hasta el jeep que se encontraba intacto en la calle.

Catalina y yo, seguíamos estilando agua, temblábamos levemente, creo que lanzarnos a la piscina no fue tan buena idea...

En el auto, Alex le dio una camiseta seca a cada uno, y le entrego su sudadera a la princesa castaña. Nicolás fue dentro de la casa para ver si Fede nos prestaba unos pantalones secos.

—No puedo creer que se hayan lanzado a la piscina —dijo Javi con los brazos cruzados mientras se apoyaba en el auto.

—Yo no puedo creer que Catalina me haya obligado —rodé los ojos.

—Ridículo, te lanzaste solo —dijo golpeándome el hombro.

Nos empezamos a secar con una toalla que Nicolás trajo de la casa junto con unos jeans de Fede. Mientras me secaba las piernas en el asiento del copiloto, noté que Alex discutía con alguien por teléfono, pero lo ignoré; no pasaron más de 5 minutos, ya vestidos cuando Roberto llego con una bolsa de género y una cara de poco amigos.

—Más te vale que valga la pena, he dejado de lado a un chico muy bueno —dijo la rubia... o rubio, con un tono muy grave y entregando la bolsa a Alex.

—Tranquilo viejo, luego te devolveré todo desinfectado —le dio unas palmaditas a la chi... al chico de largos cabellos rubios, y haciendo que se diera la vuelta— puedes volver a maraquear tanto como te gusta primo, devóralos, tigre —soltó un rugido de león, y se apoyó relajado en el jeep.

—¿Qué es eso? —Catalina se adelantó a todos.

Alex dejo la bolsa en el suelo y de ella sustrajo un vestido de lentejuelas azul y una peluca rubia.

Mientras Cata se daba un palmazo en la cara, Nicolás soltaba un chillido de felicidad y Javiera un "Yo se los dije" tocándose la frente.

Esto sin duda no terminara del todo bien.

***

—Pueden apurarse —dijo Catalina que estaba cruzada de brazos junto con Javiera, la cual se tapaba los ojos con las manos, de espaldas a los chicos y con las caras en la pared— en verdad me emociona y me perturba mucho la idea verlos.

—A mí más me perturba que cualquier otro tipo de emoción —dijo Javiera.

Yo me encontraba sentado en el borde de la bañera, viendo al chico que dormía en ella, al parecer había bebido lo suficiente como para que al despertar no recordar el cómo había llegado ahí. Retomando todo, habíamos venido al baño para que Nicolás y Alex se cambiaran, este último, se ofreció voluntario a hacer el trabajo sucio por mí.

Soy hermano de una zorra | Troublemakers [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora