18. Dicen que las zorras no duermen.

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Nicolás POV:

Abrí los ojos lentamente, el sueño aún se apoderaba de mi cuerpo, me costó levantar mi cabeza así que solo la gire hacia la izquierda para saber dónde estaba, porque honestamente ni perra idea de donde estaba metido. Frente a mí, una televisión de plasma y Kevin sentado en la alfombra con el cuerpo apoyado en el otro sofá, donde Javi parecía estar cómodamente, al contrario de Kevin, el cual, con la cabeza inclinada hacia abajo, mostraba una mueca de obvia incomodidad o desagrado, era eso o que simplemente soñaba con Carolina haciendo cosas sucias... otra vez.

Me levante con mis codos para ver mejor el escenario, cortinas cerradas, hamburguesas sin terminar sobre la mesa de centro y a los pies del sofá donde yo estaba, Alex y Catalina, extendidos en el suelo.

—Tengo que hacer pis —bostece, sin siquiera preocuparme por taparme la boca.

Me levante en el sofá, e intente no despertar a nadie, casi le reviento la cabeza a Cata, pero nadie salió lastimado, a excepción de mi dedo pequeño del pie, el cual choco con una mesa pequeña donde se encontraba el teléfono de casa.

—Mierda —grite en un susurro —, porque siempre me pasan estas cosas a mí —mire mi dedo afectado, un poco más fuerte y me lo rompo, en serio, llegaba a estar un poco doblado —. Necesitaré una ambulancia.

Dejé de lado el dolor como macho recio que soy, y empecé a subir las escaleras una por una, lo más silencioso posible, no quería despertar a los chico ni a los padres de Kevin, ni a la más peligrosa, Carolina. Ya había pedido suficientes veces el baño en la casa de Kevin como para saber dónde quedaba, no me gustaría que piensen que soy un cagón, pero así lo es.

Al entrar, el olor a lavanda ingreso por mis fosas nasales, aspirando y exhalando el bello aroma a baño.

Esta gente debe cagar de una forma muy fétida para que su baño tape todo el olor a mierda.

Pero ni eso quito de mi cabeza el que me gustaría quedarme por más tiempo allí. Fui al Wc, y realice todo el proceso para soltar la carga, tirada la cadena, me mire al espejo y tenía un poco de lo que parecía kétchup en la frente, estos gilipollas quizás que habrán echo conmigo durmiendo.

Al salir y dar dos pasos, justo al lado de la puerta de Carolina, esta se abrió (la puerta, no crean que ella, ya que es lo más propenso a que pase) y de ella Carolina estiro su brazo para tomarme de la camisa y jalarme dentro de la habitación; debo admitir que esta chica tiene su fuerza y velocidad, en serio, no alcance ni a esquivar ni a hacer fuerza para que no me metiera en su guarida.

En un giro rápido caí en su cama de dos cuerpos, me incorporé con mis codos para analizar qué había pasado, pero solo logre ver a Carolina cerrando con seguro la puerta y dándose vuelta para caminar hacia mí.

Esperen... viene hacia mí, joder, y en ropa interior súper sexy.

Bueno, en mi defensa no reacciono porque estoy nervioso. Créanme, cualquiera lo estaría si la chica que tanto esperaban tener sobre ti, literalmente esta por estar sobre ti dejándote sin escapatoria para escapar del polvo que podríamos tener, pero a la vez esta chica es la hermana de uno de mis mejores amigos, y este se enojaría si yo hago que tantas ganas he tenido por años de hacer.

—Esto es un error, tú no estás intentando besarme, tu no...

—Tranquilo chico malo, será rápido... —dijo tapándome la boca con unos de sus dedos, y pasando de mi boca a besar mi cuello.

A no, esto lo he visto en algún lado.

La tome de la cintura y la levante para dejarla a mi lado, haciendo que soltara un pequeño gritito del susto, ni yo me esperaba reaccionar así.

Soy hermano de una zorra | Troublemakers [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora