14. La firma del amor

4.9K 309 118
                                    


—No puedo creerlo, es una zorra —dijo Alex mientras cogía otro montón de palomitas.

—¡Y de las baratas! —dije contra la almohada.

—Ajam —escuche como la voz de Alex sonaba atragantada con palomitas.

Eran eso de las cuatro de la tarde, y había ido a casa de Alex sin avisarle, no podia estar en la misma casa con Carolina. La verdad, después de mi declaración de ayer, Carolina lo negó todo, hasta que se encerró en su cuarto y no salió hasta que mamá llego.

Me senté al lado de Alex con rabia, todos esto e estaba superando, si seguía así terminaría con canas rojas.

—Me emputece —dije golpeando las palomitas de Alex, haciéndolas volar lejos.

—No era necesario desquitarse con las palomitas. Ellas no tienen la culpa de que a tu hermana le guste chupar el pene de todos los hombres que se encuentra —dijo levantándose a recoger el bol que estaba en el suelo.

—Y no era necesario recordare que a mi hermana le gusta comportarse como niña de dos años —dije mientras este se arrodillaba a coger el bol.

—¿Niña de dos años? —pregunto Alex volteándome a ver.

—Sí, es igual que ellas, se lleva todo a la boca para chuparlo, solo que las niñas lo hacen con juguetes aptos para su edad, Carolina lo hace con... con tu ya sabes qué.

Alex negó con una sonrisa en sus labios mientras volvía a recoger las palomitas. Suspire y me acosté de lado por todo el sofá. Al voltear, Alex, no coloco ninguna mueca de disgusto al ver que mi cuerpo ocupaba toda la comodidad de su sofá, solo siguió y... ¡Hijo de la madre! Coloco todo su carnudo trasero en mi cara.

—Alex... Quítate... no... respiro —pero eso no fue lo peor.

—Pues, yo te doy aire.

No.

KILL ME, PLEASE.

Ese aire contaminado entro por mis fosas nasales, haciendo que me dieran ganas de vomitar... que había comido este idiota. Sea lo que sea, no quiero ni imaginármelo.

Mi cabeza lucho duro contra el trasero de Alex, pero nada tuvo resultado. Mientras seguía luchando, mi mano empezó a tocar en cuerpo de Alex, su hombro... su brazo... sus costillas... su pierna... su entre... Se me ha alumbrado el foco.

—¡Golpe demoledor! —trate de gritar mientras seguía intoxicándome con el pedo de Alex.

Mi puño impacto directamente con Alexito, haciendo que Alex soltara otra vez las palomitas, mientras este gritaba lo empuje para que cayera al suelo y pudiera librarme.

Con Alex en el suelo, corrí hasta la puerta del jardín y salí, respire lo más que pude hasta que mis pulmones quedaran limpios.

Al volver, Alex ya no estaba en el suelo, si no que estaba saliendo de la cocina con una bolsa de choclo granulado congelada sujeto a su amigo.

—Ojala te den por el culo, Kevin —dijo el rubio mientras pasaba frente a mí.

—No te preocupes, aun podrás follar a Catalina. Y agradéceme, ahora tienen un uno por ciento menos de probabilidad de tener un hijo —trate de sonar lo más tierno para que Alex no se molestara más.

—Mejor cállate y empieza a recoger las palomitas —dijo mientras se sentaba y soltaba su suspiro al colocar su trasero en donde estaba mi cabeza.

—¿No me vas a ayudar?

—¿Quién fue el que provoco que las palomitas cayeran al suelo? —esas palabras no sonaban al Alex que conocía.

Soy hermano de una zorra | Troublemakers [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora