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Namjoon entró a una tienda de comestibles, no era el mejor lugar a las doce de la noche, pero estaba abierto y tenía botanita, así que ¿por qué no?
Fue donde el único chico que estaba adentro del lugar, el cajero.
-Buenas, ¿dónde están las corn nuts* de barbacoa?.- preguntó Namjoon al chico que estaba en su celular del otro lado de la cera.
El chico subió su vista al rostro del moreno, dejó su celular en otro lado y sus dos manos yacía su mandíbula.
-Saludos y salutaciones, ¿quieres un slurpee* con eso?- preguntó el chico sin nombre, Namjoon en ese momento no tenía el tiempo para pensar que ese chico le estaba coqueteando.
Sinceramente tampoco tenía el cerebro, pero no importa.
-No, pero, si eres amable te dejaré pagar mis corn nuts.- dijo Namjoon buscando con la vista los corn nuts.
-Es como ir a McDonald y pedir una ensalada ¿no crees? Las slurpees son la especialidad de la casa. ¿Dijiste cereza o lima?- exclamó el chico, buscando los slurpee's
-Dije corn nuts.- explicó Namjoon, aún buscando con la vista.-Soy Namjoon, por cierto.- dijo Namjoon dándole la mano al desconocido.
¿Éste chico es imbécil?
se preguntó el otro.
-¿Querías corn nuts?- dijo el chico ya más calmado, pasándole las corn nuts al moreno.
-Ah, sí, gracias. Tengo que irme, mis padres me esperan.- dijo Namjoon, señalando con su mano la pared.
-¿Por qué no te quedas? Es aburrido estar aquí solo.- susurró en broma el tipo.
-Lindo lugar para la primera cita, ¿verdad?.- bromeó también el moreno, haciendo reír al otro.
-Hey, amo éste lugar.- murmuró felizmente el mayor.
-Sin ofender pero ¿por qué?- indagó Namjoon, no creía encontrar a alguien que le gustara una tienda 7-Eleven en medio de la nada.
-No hay punto donde plantar raíces porque te vas en un apuro, ¿sinceramente? Es el único lugar donde he estado más de seis meses.- cantó el mayor.
-¿Qué haces trabajando aquí? Eres muy joven, igual de mi edad, creo.- dijo Namjoon, olvidando que tenía una familia a la que podía preocupar.
Pero llegar cinco horas tarde ya era suficiente preocupación.
-¿Trabajando?- el moreno lo vió con obviedad.-Bien, consigo cosas gratis y trabajo poco, sólo unas horas en las que nadie viene y me dan cervezas y cigarrillos gratis.- explicó el chico pálido.
-¿Qué diría tu madre si supiera que estás en estas cosas?.- preguntó en tono de broma el moreno, sacando unas monedas de su bolsillo.
-Ya no más, cuando mi madre vivía solíamos ser un poco normales, ahora mi padre y yo somos menos formales.- Namjoon quizo disculparse con el extraño, pero irónicamente no se vió indignado.-Aprendí a cocinar pasta, a pagar la renta. Aprendí que el mundo no te debe un centavo.- murmuró el chico.
-Yo lo siento, enserio.- Namjoon fue cortado.
-¿Planeas tu futuro? Probablemente te cases con un abogado, cuando el cielo caiga te dolerá, es mejor construir paredes.- dijo el mayor.
El más bajo caminó hacía el lado del menor mientras iba a la puerta.
-Es mejor que te vayas, cerraré y no quiero que te quedes aquí con las luces apagadas y en medio de la nada. "Todos nacimos marcados por el mal"-el moreno vió una sonrisa en el rostro contrario.
-No puedes citar a Baudelaire y después irte, disculpa.- explicó Namjoon girando su cuerpo hacía donde estaba el mayor.
-No atrapé tu nombre.- dijo Namjoon tímidamente.
-No lo lanzé.- sonrió el pálido y luego le guiñó un ojo al menor.
Namjoon se indignó un poco, su mano estaba en su pecho de forma dramática, se sonrojó y salió por la puerta de la tienda, mientras de reojo podía ver la carta en el pecho del chico con su nombre.
"Min Yoongi"
Al darse cuenta, Namjoon supo que algo estaba mal...
