Capítulo 20: La decisión

649 131 16
                                    

A ver, no te voy a engañar, un poquito celosa sí me puse. Porque Eric era un capullo integral que había salido de la nada y resulta que se quedaba a dormir en casa de Matt hasta a saber cuándo. Pues feliz no me hacía, la verdad. No es que Matt me hubiera invitado a volver a ir a su casa, pero... Bueno, yo había dado por hecho que era el plan y, sin duda, su presencia lo había echado por tierra automáticamente.

Si en algo le podía dar la razón a Eric, era en lo del frenzy. Había buscado en internet qué era eso, por si acaso era algún tipo de insulto camuflado entre toda su verborrea malintencionada. Pero no, al parecer eso del frenzy era, dicho mal y pronto, ese entusiasmo cuando acabas de empezar en algo y quieres probarlo todo. Entusiasmo que te puede llevar a ser poco prudente, como si tuvieras prisa por recuperar el tiempo perdido. Sonaba como si te soltaran de buenas a primeras en un buffet libre estando muerto de hambre, que al final te vas de allí rodando y con dolor de tripa.

Tal vez sí que me sentía un poco así, porque tenía la libido por las nubes y no podía dejar de fantasear una y otra vez con qué haríamos la siguiente vez Matt y yo. Cualquier opción de la lista parecía una buena elección mientras la hiciera él, yo solo quería que volviera a tocarme. Me ardía la piel de la necesidad de volver a estar en ese dormitorio con él. Nunca había echado de menos tanto a nadie a tantos niveles y en tan poco tiempo.

Así que, cambiar mis planes de Sodoma y Gomorra por quedarme en casa y sin salir de fiesta por culpa del hermano de Matt, que seguro que se iba a pasar todo el fin de semana hablando mal de mí... Pues no, no era un gran plan. Pero estaba decidida a no caer en su juego. Yo no hablaría mal de él. Podía ser la novia perfecta, la que no da problemas ni monta numeritos. Y además tampoco saldría: nada de alcohol, ni tabaco. Cumpliría con mi primera semana limpia y me ganaría mi premio. Así, en cuanto Eric se largara, Matt y yo seguiríamos donde lo habíamos dejado. Seguro que le haría sentir orgulloso saber que había cumplido su orden. Les demostraría a los dos que podía ser muy buena sumisa, aunque ese idiota creyera que no era capaz de cumplir una orden a derechas. Él no sabía de lo que yo era capaz cuando me lo proponía.

Por lo que me dediqué el fin de semana a mí misma y no fui tan mala compañía. Videojuegos, comics, sesión de belleza casera... ¡Incluso pedí pizza! Solo lamenté darme cuenta de que no tenía su número de móvil para mandarle alguna foto que le hiciera echarme de menos. Qué absurdo, ¿no? Nuestra relación parecía desordenada: había dormido en su casa antes de que supiera mi nombre, nos acostábamos antes de intercambiar los teléfonos... Bueno, dicho así, más que desordenada parecía un rollo de una noche. Tal vez el problema era yo, que no sabía hacer las cosas en el orden correcto.

Pero decidí no darme tiempo para pensar y así evitar que las voces de mi cabeza me atosigaran. Todo estaba bien con Matt y él no era un crío para dejar que su hermano le influenciara. Él no parecía una persona precisamente manipulable, así que no tenía motivos para agobiarme.

Aun así, agradecí que llegara el lunes para poder ver cómo esos miedos —que aunque reprimidos, seguían ahí— se esfumaban. Me sentí un poco tonta por pensar que había dejado la puerta de su despacho abierta por mí, creyendo ilusamente que quería compensar el tiempo sin vernos ese fin de semana, que al igual que a mí ahora le sobraba hasta esa puerta entre nosotros. Pero después de cómo me abordó en su despacho cuando todos se fueron, no me quedaron dudas de que todo estaba bien.

Así que, cuando el martes me pidió que fuera a su casa por la tarde, casi fui dando saltitos de felicidad por la calle. Supuse que Eric ya se habría ido y tendríamos la noche para nosotros. Me había arreglado un poco y puesto una ropa interior más provocativa, esperando darle una visión agradable que pudiera borrar cualquier palabra en mi contra de esos días.

Palabra de Bruja FarsanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora